Con el mar como telón de fondo, ayer terminó la campaña “Yo amo a mi playa”, que invitaba a los turistas y vecinos a recorrer las costas de Mar del Plata, Necochea, Villa Gesell, Pinamar y Miramar para recolectar basura y evitar así la contaminación de los océanos. “El 70% de los residuos que encontramos en nuestras playas proviene de la ciudad a través de las redes de alcantarillado. El resto es producto del descuido, la indiferencia y la falta de educación del cuidado en los espacios públicos”, le dijo a PERFIL Gustavo Huici, director ejecutivo de la Fundación Surfrider Argentina, que organizó la campaña.
Un análisis de los residuos que encontraron los voluntarios mostró que las bolsas, las botellas de plástico y las colillas de cigarrillos representan el 80% de la basura en las playas. “Los plásticos pueden ser fácilmente confundidos con comida por diversas especies. Las tortugas marinas, en particular, confunden las bolsas plásticas con medusas. El impacto de los desperdicios que llegan al mar y a nuestras costas provoca daño y muerte en la vida silvestre, perjudica al turismo y ahoga los ecosistemas oceánicos”, explicó Huici.
El problema de los residuos no es menor ya que puede generar efectos negativos de distinto tipo. “Cuando las bolsitas de plástico se depositan en el fondo del mar, no dejan que circule adecuadamente el oxígeno desde el agua hacia el sedimento. Si la basura marina flota, sirve de plataforma para el transporte de especies invasoras. En algunos casos, la basura contiene compuestos que son tóxicos para los organismos marinos, como es el caso de los filtros de los cigarrillos. Al estar en contacto con el agua, liberan estas sustancias al ambiente. Algunos organismos marinos consumen los filtros de cigarrillos al confundirlos con alimento y pueden persistir en el ambiente hasta diez años”, especificó Hebe Dionisi, investigadora del Conicet en el Centro Nacional Patagónico.
En 2007 se hizo el segundo y último Censo Nacional de Contaminación Costera de Argentina, que abarcó desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Lapataia, Ushuaia, y se espera el próximo para 2015. En el censo, el plástico fue el residuo más abundante y también encontraron tapas de gaseosas en el buche de pichones de aves.