Bah, total, ¿quién necesita el agua? Eso de andar a cada rato lavándose las manos o los dientes u otras partes del cuerpo no es nada más que un vicio, desagradable si los hay. A mí no me venga con eso de que no se puede vivir sin agua. ¡Pero si es mucho más cómodo y agradable estar bien sequito, suave al tacto y distinguible al olfato (mi tío Eufrosio huele diferente a mi prima Nenucha) que portar humedades artificiales, cuando está científicamente comprobado que a una persona normal le basta con los fluidos naturales. Así que me parece estupendo esto de que Aguas Argentinas ahorre agua, especialmente en esta época cuando con el calorcito del verano a mucha gente le da por desparramar agua en forma por demás desconsiderada. Sobre todo teniendo en cuenta que el agua de la tierra va a escasear y en el siglo que viene va a ser más cara que el petróleo, qué horror. De modo que estoy de acuerdo con eso de que en diciembre, enero, febrero y hasta marzo y no sé si no en todos los meses siguientes, Aguas decida estos cortes, una vez en la zona sur, otra en el oeste, otra en el norte y así. A ver si nos acostumbramos de una vez a no usar agua, porque vuelvo al principio: ¿quién necesita el agua? Vamos, querida señora, estimado señor, pongámonos a tono con los tiempos y ¡nada de agua! ¡Viva Aguas Santafesinas! Nada de canillas ni de mangueras ni de balde para la vereda. Vamos a feisbuc y a tuiter y a linquenosécuánto, pongamos carteles en las calles y con Aguas Santafesinas, impidamos que la gente use agua, qué tanto.
