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Ensayo y cuarentena

Alberto leyó a Zizek

Pandemia de Zizek
Pandemia, de Zizek | Cedoc

Desde Gino Germani hasta Alan Badiou, pasando por Giovanni Sartori, Alain Rouquié y, por qué no, también por Ryszard Kapuscinki, muchos intelectuales europeos encontraron cierta complejidad a la hora de definir, comprender y analizar el peronismo en su real dimensión.

La “excepcionalidad argentina” propone un desafío adicional para los que están acostumbrados a cierta heterodoxia social concebida desde las grandes urbes de Europa. Sin embargo, como suele suceder, existe una excepción que confirma la regla: Slavoj Zizek.

El esloveno vivió en Buenos Aires y puede dar cuenta de aquella síntesis borgeana de la “incorregibilidad” antiperonista. Borges solía decir que odiaba el comunismo pero que, a diferencia del peronismo, el marxismo al menos tenía una teoría.

Zizek sí tiene teoría y la sabe aplicar. La última prueba es su reciente Pan(dem)ic!, Covid-19 shakes the world, un juego de palabras para asociar pandemia y pánico, que fue gestado a modo de instan-book urgente destinado a calmar la ansiedad de las mentes burguesas en confinamiento.

Zizek da cuenta de aquella síntesis borgeana de la “incorregibilidad” antiperonista. Borges decía que, a diferencia del peronismo, el marxismo al menos tenía una teoría.

El texto se conoció el mes pasado, pero acaba de ser traducido completamente al español en estos días. Por lo que bien podría haber estado retozando en la mesa de luz presidencial de la Quinta de Olivos.

Se trata de un desafiante ensayo –como todos los desafiantes ensayos zizekianos–, que permite unir filosofía posmarxista y psicología lacaniana con las últimas series de Netflix. Son 83 páginas que bien podrían haberse titulado “Introducción a la defensa de una cuarentena” y representa  un paper ideal para que Alberto Fernández y Pedro Cahn lo distribuyan entre sus denostadores.

Zizek es un gran defensor del confinamiento, no porque le agrade la sensación de encierro, sino porque asegura que “el mandato ‘no me toques’” es la única receta eficaz para evitar que la pandemia se propague.

Para que eso funcione, según la Gran Bestia Pop de las ciencias sociales, hace falta un Estado fuerte porque “las cuarentenas tienen que llevarse a cabo con disciplina militar” y no hay que dar crédito a “las bandas de libertarios” que cuestionan el aislamiento social como “una conspiración estatal” que debe ser anulada “de manera violenta”.

“La distancia corporal es mostrar respeto hacia el otro, pues yo puedo ser portador del virus –advierte Zizek–. Si durante la Guerra Fría la regla de supervivencia era MAD (las siglas en inglés de Destrucción Mutua Asegurada), ahora tenemos otra MAD: la distancia mutua asegurada”. La palabra “mad”, en inglés, es importante aclararlo, significa “loco”. Locura en el enfrentamiento entre capitalismo y comunismo, locura en esta pandemia de distanciamiento social.

Zizek es un gran defensor del confinamiento porque asegura que “el mandato ‘no me toques’” es la única receta eficaz para evitar que la pandemia se propague.

El autor de Primero como tragedia, luego como farsa es consciente de que la nueva normalidad se asemeja mucho a un sistema antidemocrático y fascista porque, entre otras cosas, cercena las libertades individuales y también limita la libertad de empresas, ya que algunas son obligadas a cerrar y otras a redefinir su producción hacia productos imprescindibles para luchar contra el coronavirus. Sin embargo, no duda en defender las medidas que se tomaron en gran parte del mundo y que en Argentina están provocando una catarata de críticas.

Pero el apoyo de Zizek para las decisiones que tomó Alberto no se detiene ahí. “El coronavirus es una realidad a la que solo podemos hacer frente con la ciencia”, sostiene. “El primer modelo de esa coordinación global podría ser la OMS, que ha optado por realizar advertencias precisas anunciadas sin pánico”, agrega para regocijo del Gobierno, que se sostiene en un comité de expertos.

“Hegel escribió que lo único que podemos aprender de la historia es que no aprendemos nada de la historia, así que dudo que la epidemia nos haga más sabios. Lo único que está claro es que el virus destruirá los cimientos de nuestras vidas”, concluye Zizek.

Pandemia puede ser leído como el trabajo de un intelectual europeo que colabora con la legitimidad de un gobierno peronista. Y eso solo amerita ser destacado.

 

*Doctor en Ciencias Sociales. Director de Perfil Educación.