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Algo sí cambió en Argentina

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Presidentes: recesiones de Alfonsín y Macri. | Cedoc Perfil

En los próximos meses volverá a ser muy recordado Raúl Alfonsín: el 10 de diciembre se cumplen treinta y cinco años de cuando asumió el primer gobierno de la recuperación democrática, el 31 de marzo se cumplirán diez años de su muerte, y el 20 de septiembre se celebrarán treinta y cinco años del informe Nunca más, que al mes siguiente provocó que la Cámara Federal iniciara el juicio a las juntas militares revocando el dictamen de la Justicia Militar, que se empecinaba en sostener “que según resulta de los estudios realizados hasta el presente, los decretos, directivas, órdenes de operaciones, etcétera, que concretaron el accionar militar contra la subversión terrorista son, en cuanto a contenido y forma, inobjetables”.

"Para sorpresa de los pesimistas, es posible que Argentina vuelva a ser un país próspero."(James Neilson)

Alfonsín será ahora recordado como un héroe de la democracia y los derechos humanos pero durante la segunda mitad de su mandato fue maltratado por el sindicalismo y los medios hasta derivar en una crisis económica que tuvo como consecuencia institucional el adelantamiento del fin de su mandato.
La economía de Alfonsín fue un desastre autoinflingido pero la impaciencia social plasmada en 14 paros generales de la CGT agigantó los propios errores económicos del gobierno y contrasta con la actual paciencia que se tiene frente a los errores económicos del gobierno de Macri.

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Hubiera sido inimaginable en la Argentina pre 2002 que un gobierno como el de Macri, que en el mismo año devaluó el 100% la moneda, generó el 50% de inflación y una pérdida del poder de compra de los salarios del 20%, no solo pudiera terminar su mandato sin enormes sobresaltos sino, además, aspirando a ser reelecto. Independientemente de que lo logre o no, el solo hecho de que resulte un escenario posible demuestra que algo sí cambió en la Argentina y que el país en varios aspectos está mejor.

Y con el mismo espíritu anticíclico de siempre, que hizo a las distintas publicaciones de Editorial Perfil denunciar a Luis Caputo o a Angelo Calcaterra (y seguir haciéndolo), y sin dejarse llevar por la marea que ve virtudes inexistentes en todos los presidentes al comienzo de su mandato, haber marcado siempre las limitaciones de Macri, ahora, cuando el humor de época es verlo peor de lo que es, o que todo está mal o la Argentina sin futuro, queremos contribuir a equilibrar esa ciclotimia social. Y recomendar la lectura del panorama político de la revista Noticias de ayer, escrito como siempre por el brillante James Neilson, titulado “Macri no se da por vencido

En realidad, es una parte de la Argentina la que no se da por vencida y vuelve a apostar por Macri a pesar de los mediocres resultados en la mayoría de los campos y los errores al implementar la línea económica que sustenta.

“Algunos macristas insisten en que lo que el país está experimentando es una ‘revolución cultural’, pero tal vez sería más apropiado calificar de ‘contrarrevolución’... que luego de muchas décadas de excentricidad autodestructiva, en la Argentina haya motivos para pensar que, por desgracia, el centrismo moderado de Macri podría ser mejor que las alternativas más emocionantes ofrecidas por populistas... y que, en la medida que Macri y sus sucesores adhieran al rumbo que se ha fijado, para sorpresa de los pesimistas la Argentina vuelva a ser un país próspero”, escribió James Neilson, el ex director del The Buenos Aires Herald que, junto con Robert Cox, denunció la desaparición de personas durante la dictadura militar, cuando nadie lo hacía.

Al revés, aun dos años después de la recuperación democrática, medios importantes seguían negando el tema. Durante una reunión preparativa de la conmemoración de los treinta años del juicio a las juntas de comandantes, junto a Graciela Fernández Meijide y Margarita Stolbizer, el juez de la Cámara Federal que los condenó, Ricardo Gil Lavedra, se quejó de que por aquellos años “los editoriales del diario La Nación decían que el juicio que nosotros llevábamos adelante era un disparate”.

Editorial Perfil está participando doblemente en los homenajes a Alfonsín: en el caso de los treinta y cinco años del juicio a los ex comandantes, porque la única versión escrita de todas las declaraciones fue publicada por El Diario del Juicio, un periódico semanal que Perfil editó durante 1985. Y en el caso del aniversario de los diez años de su muerte, porque los últimos textos que escribió Raúl Alfonsín fueron publicados en la revista Noticias, de la que fue columnista permanente durante 1991. Nuevamente nuestro espíritu contracíclico, porque cuando Alfonsín dejó de ser presidente estaba totalmente desvalorizado.

Pero los procíclicos aciertan menos porque siempre están viendo el futuro como una foto del presente o del pasado inmediato anterior. En parte también por eso, la prospectiva es una de las disciplinas con menos posibilidades de acierto y el futuro se mantiene siempre inasible. Hoy puede parecer ridículo que Macri resulte reelecto y que el peronismo que suceda a Cambiemos manteniendo el rumbo convierta a la Argentina en un país nuevamente próspero, pero quizá Neilson, con la particular mirada de un analista inglés que vivió en la Argentina la mitad de su vida, vea lo que nosotros, encerrados en nuestra frustración, no vemos.

"Es impresionante cómo la sociedad asimiló todo este año: un signo de madurez colectiva." (Ex N° 1 del Central)

Pero en cualquier caso, es para alegrarse que con la recesión que hoy atraviesa la Argentina la paz social se mantenga y que cualquier alternativa a Macri pensada por la oposición sea por vía del voto, sin alterar el calendario electoral.

Y que desde la economía un ex presidente del Banco Central diga en off: “Es impresionante cómo la sociedad asimiló todo lo de este año. Cada una de las lecciones que se aprendieron fue buena. Se entendió que con la política monetaria no se improvisa, se entendió que hay que balancear las cuentas públicas, no se cuestionó el tipo de cambio flotante ni el proceso de integración al mundo, tanto en la cuenta de capital como en la comercial. Creo que lo más trascendental de este año es ese signo de madurez colectiva”.