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Alianzas en conflicto

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Milei. O suma dirigentes con peso en el interior o mueve emociones sobre aparatos. | cedoc

Se cerraron las alianzas y no hay sorpresas. Ni se rompió el Frente de Todos aunque no se llame más así y adentro se digan de todo, ni se rompió Juntos por el Cambio, aunque adentro también se digan de todo.

Quedan pocos días por definir candidaturas y allí sí puede haber sorpresas. Unión por la Patria no es un simple cambio de nombre para no darle el gusto a Alberto. Es un nombre que cambia significados.

Frente de Todos había sido pensado como un modo de convocar a quienes no querían que gane Macri. Una apuesta al centro político, a la clase media y clase media baja. Obviamente, que esa marca y ese objetivo fracasó.

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La nueva denominación no dejó afuera a ninguna de las fuerzas políticas que conformaban la anterior alianza. Pero es un nombre que llama a cantar Patria Sí, Colonia No. Dependerá de cómo se integre la fórmula oficialista y quién gane las PASO, para saber si es un significado que intente recuperar las consignas de los 70, y asociarla como la generación diezmada o es un nombre que pondrá eje en un programa de gobierno que cuestione el acuerdo con el FMI, como plantea Cristina, pero sea abarcativo y convocante.

La danza de nombres que giran  como posibles candidatos –Axel Kicillof, Wado de Pedro, Sergio Massa, y hasta Máximo Kirchner  y las posibles combinaciones y territorios se vincula entonces a si se supone que al  peronismo le será imposible vencer electoralmente y prefiere morir con las botas puestas, pero intentando perservar la provincia de Buenos Aires o piensan  que hay alguna oportunidad de ser gobierno.

Esta última hipótesis se basa en que con una oposición dividida hay oportunidad de llegar a la segunda vuelta y si el candidato es Milei o Bullrich, más.

La primera hipótesis pareciera más vinculada a Axel Candidato, la segunda a Massa o Wado de Pedro.

También a los gobernadores que han pedido ser tenidos en cuenta, tal como plantearon en la reunión del CFI.    De estos el que pide pista es Manzur, indubitable vencedor en Tucumán.

Esta hipótesis se parece a la que lleva a Scioli a decir que competirá aunque le pidan que tenga dos manos. Es que la oposición dividida favorece la hipótesis de un oficialismo, que puede soñar con no perder.

El riesgo que tiene el Unión por la Patria con una fómula que solo le hable al núcleo duro es que Milei  pierda caudal y que Juntos pueda vencer en primera vuelta.  

Para que ello suceda debiera haber o un acuerdo, pero o pos-PASO entre Bullrich y Larreta, o que alguno tenga un triunfo arrollador sobre el otro.

Sabemos que en  Juntos por el Cambio persisten fuertes diferencias que los están debilitando electoralmente. Tenemos a Larreta que intentó y probablemente, continúe buscando ampliar la coalición hacia el peronismo  y buscar de algún modo que Schiaretti aparezca en la boleta (proponerlo como su vicepresidente sería una jugada fuertemente audaz), o confirmar un acuerdo pos-PASO con éste.

Para curarse en salud Bullrich ya dijo que de vencer, acordaría con Milei y además, estaría buscando un vicepresidente radical.  

¿Y qué pasa con Milei? Hasta ahora, solo demostró tener votos en las encuestas. Las que en general, no tienen en cuenta el peso de los dirigentes y referentes provinciales.

El traspié de Bussi en Tucumán generó la excusa por parte del libertario,   de que como no estaba su cara en la boleta no perdió.  

Nuestra experiencia en el Jardín de la República nos mostró que día a día,  su candidato languidecía. Milei visitó la provincia, apoyó explícitamente a su candidato, tanto a través de conferencia de prensa, acto político, piezas de comunicación en redes, TV y la vía pública. Pero los votos de Bussi cayeron desde 18% a 6,6% y esos votos migraron no hacia los candidatos opositores, sino hacia el peronismo y además, cortando boleta también ayudaron a consolidar la derrota de Juntos por el Cambio en la ciudad.

También su propuesta de armar al electorado contra la delincuencia fue perdiendo adhesión, hasta llegar a rechazos superiores el 70%. Nuestras encuestas marcaban con claridad, que había un sector de votantes de la fórmula a gobernador de Cambiemos, sobre todo simpatizantes del radicalismo e independientes que preferían a la candidata del Gobierno para San Miguel, la exministra de Salud Rossana Chalha –sumamente valorada por su tarea durante el covid–, que a la esposa del actual intendente Alfaro.

Es un electorado que está diciendo: el municipio no es de una familia, sino de los que vivimos en la ciudad. Se generó a su vez un segundo fenómeno. El arrastre del voto a intendente y a legislador sobre la formula a gobernador.

¿Y qué tiene que ver lo de Tucumán con Milei? Mucho, porque marca la influencia de los dirigentes municipales y locales en las elecciones generales. Otro ejemplo del mismo fenómeno es lo ocurrido en la provincia de La Pampa. En donde los intendentes radicales del interior provincial aportaron a que un candidato con poco conocimiento, como Berhongaray hijo,  llegara a los 40 puntos de voto. Milei en La Pampa no tenía candidato, pero un candidato local que aparecía terciando terminó siendo un candidato con votos en las encuestas, pero no en las urnas.

 Llevando estas experiencias a lo nacional, nos preguntamos cómo hará el libertario para tener en la provincia de Buenos Aires 135 candidatos a intendente fuertemente competitivos que defiendan su voto, y en  el resto de las  provincias a  dirigentes que anulen el efecto de gobernadores, cuidando el voto de sus diputados y senadores nacionales.

Que los electores están peleados con los políticos, con la llamada casta es cierto, pero los  dirigentes  locales sean intendentes o candidatos que aspiran a serlo, son los que están en contacto cotidiano con sus vecinos. Son los que resuelven problemas y reparten y ciudan  las boletas. Es la dinámica del país profundo, de la que están exentas la mayoría de las grandes ciudades. Ese desafío tiene que resolver Milei: o consigue dirigentes con peso electoral que lo acompañen o consigue mover las emociones, de tal modo de pasar por encima de las estructuras políticas.

*Consultor y analista político.