Hoy habla la ciudadanía. Con los resultados que emerjan de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) quedará conformado el mapa de los candidatos para las elecciones legislativas de octubre venidero. Al respecto, algunas consideraciones.
La involución de la cultura política argentina ha llevado a una concepción anacrónica, consistente en rehuir el debate y la discusión entre los aspirantes a desempeñar cargos electivos. Esa actitud constituye la negación misma de la esencia de la democracia, que hace de la pluralidad y del intercambio de ideas y propuestas su esencia.
En treinta años de democracia nunca ha habido un debate entre candidatos presidenciales. No obstante, durante varios años las elecciones legislativas solían ser el momento en que algunos debates se daban. Con el kirchnerismo eso se ha extinguido. Es uno de los tantos males de la así llamada “década ganada”, aun cuando ese “atributo” no es exclusivo del Frente para la Victoria. El debate, por peor que fuere, tiene un valor docente que se transmite a la sociedad, enriqueciendo así la democracia. Es contradictorio pedirle a la ciudadanía que se interese en los procesos electorales cuando lo único que recibe durante su transcurso es la pelea personal que, al fin y al cabo, desnuda una notable falta de ideas.
De la forma como están planteadas las cosas hasta aquí, las PASO carecen de sentido. Las sucesivas divisiones dentro del peronismo han hecho que la disputa entre sus distintos dirigentes se dilucide recién en la elección propiamente dicha –la de octubre– y no en la elección de hoy. Por lo tanto, las primarias quedan transformadas en una especie de gran encuesta en la que se perfilan las posiciones de las que los diferentes postulantes parten en la campaña electoral. El detalle es que la cantidad de recursos humanos, logísticos y económicos que requiere poner en marcha este proceso es enorme y desproporcionada para un objetivo tan magro.
La elección de hoy tiene sólo una gran incógnita: la provincia de Buenos Aires. La situación remeda la de 2009, que marcó la derrota del kirchnerismo, que supo mostrar una formidable capacidad de reacción ante una oposición que defraudó ampliamente las expectativas de sus votantes.
En el resto del país las cosas parecen estar más definidas. Se pronostican los triunfos de la oposición al kirchnerismo en Mendoza, de los candidatos de José Manuel de la Sota en Córdoba, del socialismo en Santa Fe y del Pro en la Capital. Podría haber sorpresas en Santa Cruz, La Rioja y Chubut con derrotas del FpV.
La foto que muestra la disputa del peronismo en territorio bonaerense ilustra las piruetas errabundas que acaecen en la política vernácula. En 2009, Daniel Scioli y Sergio Massa fueron parte de la lista testimonial que encabezó Néstor Kirchner. Por su parte, Francisco de Narváez, Felipe Solá y Mauricio Macri dieron vida a Unión-PRO que, tras su resonante triunfo, terminó en un estrepitoso fiasco.
Entre los hechos acaecidos en esta pobre campaña debe mencionarse que:
◆ El principal obstáculo que enfrenta Massa es la duda que genera en muchos votantes no kirchneristas que temen que, en caso de triunfar, termine siendo funcional al oficialismo y uniendo fuerzas con él.
◆ Martín Insaurralde carece del suficiente peso político para ser el líder alternativo a Scioli que el kirchnerismo busca desesperadamente.
◆ El gobernador de la provincia de Buenos Aires se cargó sobre sus espaldas el fardo más pesado de toda la campaña. Su buena imagen fue clave para la levantada de Insaurralde, que lo pone en un final voto a voto con Massa. De hecho, en los programas políticos de televisión en los que se entrevistó a los candidatos de los diferentes partidos, el que apareció en representación del Frente para la Victoria fue Scioli.
◆ A Amado Boudou no se lo vio en ningún acto de campaña. Hoy es un piantavotos. Así es como lo definen desde las filas del propio oficialismo.
◆ La inescrupulosidad política de la Presidenta es infinita. Primero fueron los afiches con la foto del papa Francisco saludándola junto a Insaurralde, y después el spot de propaganda difundido en el Fútbol para Todos en el que se ve a Cristina Fernández de Kirchner abrazando a una de las sobrevivientes de la tragedia de Rosario.
◆ La fallida maniobra del Gobierno contra Massa, basada en querer usar en su contra el asalto que sufrió en su casa del barrio cerrado Isla del Sol, se enmarca dentro de las ya clásicas campañas sucias del Gobierno, destinadas a dañar la imagen del contrincante que más le preocupa. En 2009 le tocó padecerla a De Narváez, cuando el luego destituido juez federal de San Nicolás, Faggionato Márquez, lo investigó a partir de un celular buscando involucrarlo en el triple crimen relacionado con el tráfico de efedrina.
◆ La violación sistemática por parte de la Presidenta de la ley electoral en lo referido a la prohibición de hacer anuncios e inaugurar obras durante la campaña.
◆ La absoluta desproporción de recursos utilizados para la propaganda política de la campaña entre el oficialismo y la oposición. La utilización de los recursos del Estado para hacer proselitismo electoral es profundamente antirrepublicana.
En este marco, la sociedad comienza a definir hacia dónde va la Argentina, atravesada hoy por dos opciones dramáticamente antagónicas: el chavismo o la república.
Producción periodística: Guido Baistrocchi.