COLUMNISTAS
AUTOLESIONISMO CRIOLLO

¿Anda tan mal la Argentina?

<p>Los italianos tienen una palabra: “autolesionismo”, para referirse a ese hábito o esa vocación de algunos de sus habitantes de criticar casi todo lo que sucede en la bella Italia.</p>

default
default | Cedoc

Los italianos tienen una palabra: “autolesionismo”, para referirse a ese hábito o esa vocación de algunos de sus habitantes de criticar casi todo lo que sucede en la bella Italia. Como sucede con los italianos, nuestro pesimismo característico sobre la Argentina es, muchas veces, infundado, en especial cuando se la compara con los países de la región, todos muy queribles y respetables, pero cada uno con sus problemas. Ese autolesionismo criollo es alimentado por sectores de la oposición al kirchnerismo que, en ausencia de una estrategia creativa, ganadora y responsable, se dedican a impugnar automáticamente todo lo que hace el Gobierno, dentro y fuera del país.

Es cierto que el kirchnerismo comete muchos errores en el campo internacional; Néstor Kirchner, sobre todo, que consideró a las relaciones con el mundo como un apéndice de sus necesidades internas bajo la consigna: ¿qué me conviene hacer para ganar votos dentro del país? Una manera de ver las cosas a contramano con la de Juan Perón, para quien había que partir de lo que pasaba en el mundo.

Un buen ejemplo de ese pecado original es el bloqueo del puente a Uruguay por parte de los asambleístas de Gualeguaychú que se oponen a la pastera. Kirchner incentivó esa acción directa; quienes mantienen el corte son cada vez menos, pero la medida continúa. Como entrerriano, pienso que es un grave error que tan pocos sigan empecinados en una medida que perjudica la relación con un país con el cual nada debería separarnos, hasta porque el despegue de Entre Ríos supone la mejor explotación de sus cuantiosos recursos naturales y de su privilegiada posición geográfica que la convierte en un paso casi obligado de las rutas del Mercosur. Ahora, si nos vamos a dedicar a cortar un puente internacional durante tres años…

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

De eso nada dice la oposición y es lógico porque es un error todo del kircherismo, aunque algunos ahora disidentes u opositores también lo han respaldado. Más me parece criticable el uso por parte de sectores anti K de ciertos hechos internacionales, que los lleva a desear lo peor para el país sólo porque ahora está gobernado por los Kirchner. Por ejemplo, varios opositores y también algunos analistas pronosticaban con alegría que el Grupo de los 20, del que forma parte la Argentina, sería reemplazado por el Grupo de los 14, que no es integrado por nuestro país, y que a esa asociación se le confiaría un poco el gobierno del mundo. Pero sucedió que Barack Obama propuso, y los países más desarrollados lo aceptaron, que el G-20 se ocupe de las cuestiones globales.

Esos opositores podrían aprender algo importante de un país que recién parecen descubrir ahora: Brasil, que es ese nacionalismo, a veces infantil y exagerado, que caracteriza a todas sus fuerzas políticas. Es difícil imaginar que a alguien se le ocurra en Brasil que podría erosionar a Lula da Silva elogiando sistemáticamente a otros gobiernos. Es lo que hacen algunos opositores, que para atacar a los Kirchner ensalzan a Lula. Según ellos, Brasil se convirtió en una potencia porque Lula mantuvo la política económica neoliberal de sus antecesores. Por eso, afirman, Brasil crece mientras nosotros nos achicamos.

Eso es casi ofensivo hacia Brasil, que siempre fue un país grande y tuvo al menos un producto de exportación relevante, desde la caña de azúcar; como aclaró Javier González Fraga en PERFIL, el único período en el que la Argentina tuvo un mayor PBI fueron unas décadas a fines del siglo XIX y principios del XX. En segundo lugar, si se comparan los PBI a valores constantes, no hubo grandes variaciones en los últimos años. Claro que eso no ocurre si se compara un PBI con un peso débil (dólar a 3,85 pesos) con otro PBI con el real sobrevaluado (dólar a 1,6/1,7 reales), pero eso es un error. Como también lo es atribuir la designación de Río de Janeiro como sede olímpica 2016 a las mejoras en seguridad de Lula o a la promesa de Lula de convertir a las favelas en barrios populares, o considerar que ya hay menos pobres e indigentes en Brasil que en Argentina. Costaría convencer de eso a los propios brasileños.


*Autor de Operación Traviata y Lula, la izquierda al diván.