El lector tiene ya una amplia información de las tendencias principales de esta elección y de sus análisis cuantitativos. En los comentarios que siguen la intención es, más bien, indagar hasta dónde se pueden extrapolar esos resultados a octubre y al 2015.
Estas elecciones ¨sui generis¨, mitad internas y mitad generales anticipadas, sólo permiten impresiones provisorias. Naturalmente, esta noche empieza la campaña para las elecciones de 2015 (no 2012) y la mayoría de las afirmaciones e interpretaciones de unos y otros deberían entenderse en ese marco. Candidatos, analistas y medios tratarán de mostrar lo provisorio como definitivo.
Dentro de la cautela que esta situación aconseja, hay algunas conclusiones que pueden explorarse.
La primera es el debilitamiento pronunciado de los partidos. La mayoría de los resultados son por candidato, los partidos son el candidato. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires (38% del total de votantes) la UCR no aparece mencionada por los medios en ningún caso. En la mayoría de los distritos se votó por nombres que encabezaban organizaciones políticas, frentes, casi sin historia institucional. Fernando Solanas lo dijo sin pudor: ¨esta alianza (por su sociedad con Carrió) dura hasta octubre¨.
La segunda conclusión –menos categórica- es que la tendencia a la polarización en la provincia de Buenos Aires a la polarización, se acentuará en octubre. Por un lado, el candidato de Kirchner, por el otro el que tenga más posibilidades de ganarle o, mejor dicho, de derrotarlo. En ese caso es probable que los candidatos del Frente para la Victoria ya hayan alcanzado su máximo posible. Es difícil que reúnan más adhesiones que las que tuvieron hoy, a pesar de su acentuada caída de 30 puntos respecto a la última elección parlamentaria. En cambio, enfrente, el mejor ubicado va a atraer el voto útil lo cual llevará a la desaparición de la candidatura de de Narváez. Fuera de los candidatos con origen o vínculos con el peronismo también funcionará la lógica del voto útil. En el caso de la provincia de Buenos Aires esto podría llevar a Stolbizer a contar con alrededor de una cuarta parte del electorado y al centro izquierda con una victoria en la capital.
Por lo tanto, es muy probable que vayamos hacia un escenario de agrupamiento del voto: kirchneristas por un lado, anti-kirchneristas por el otro y un tercer ámbito, minoritario en muchos distritos, en el que se agrupará el voto de origen no peronista. En todos los casos, la idea de voto útil, va a primar. Así, las Paso, como se ha dicho, habrán funcionando como la primera vuelta de una elección general.
Más allá de estas rudimentarias previsiones lo que me parece más relevante es que las diferencias reales entre los dos principales polos en competencia (peronistas pro-K versus peronistas anti-K) son escasas y poco claras. Ambas se acercan más a los intereses de centro derecha (aquí no hay concepciones sino intereses) que los que expresa el gobierno.
Todo esto acontece en elecciones que, en principio, son para renovar cargos legislativos, aunque casi nada en esta campaña dio esa impresión. Hoy, como en octubre, los candidatos actúan sólo en función de su posicionamiento para las presidenciales de 2015.
No ha habido debate sobre qué debe hacer el parlamento en los dos próximos años, ningún candidato de peso ha explicado por qué quiere ocupar una banca. Muchas conclusiones se podrían sacar de este comportamiento, creo que la más importante es el enorme menosprecio que unos y otros tienen por el sistema institucional. El voto de hoy, fue el primer round de la presidencial. Nada tiene que ver con la creación de una fuerza que, dentro del juego republicano, intente crear los contrapesos a las tendencias autoritarias del gobierno. Veremos, en cambio, en los próximos dos años nacer y mutar una serie de siglas que tratarán, otra vez, de agrupar a los nombres con ocasionales intereses comunes.