El informe de ayer de PERFIL sobre los negocios de River, las denuncias adjuntadas de dirigentes de la oposición, el impacto de las cifras que se habrían llevado los amigos de algunos directivos son algo así como 20 elefantes trotando amablemente por la avenida 9 de Julio, observados por la gente como si fuera un hecho normal, que no necesariamente llama la atención. “Mirá, papá, qué raro, elefantes por la calle”, señalaría algún chico. “Sí, mi amor, hace tiempo que papá los ve”. Papá ve todo. Pero sucede que a papá ya nada le llama la atención. Porretti, Cristóbal López y las maquinitas hasta el 2032, el fútbol entregado por décadas, que sea el programa de televisión del fútbol de primera el que se espante por el anuncio del aumento de las entradas, que ahora tampoco Pompilio tenga los avales y siga sentado lo más campante en el trono de la presidencia de Boca, que Grondona se declare “neófito” ante el robo de cientos de millones de dólares soportados por el fútbol son episodios de la vida cotidiana. Papá no se asombra ante nada. De Grondonas, Aguilares, Porrettis y Cristobalitos, está hasta acá. Y ha decidido no meterse en nada. Lee esto papá, y dice que es verdad. Pero qué querés que te diga, yo no voy a cambiar el mundo, bastante tengo con lo mío, a mí dejame ir a la cancha, me caliento un rato, pego unos saltos, vuelvo a casa, me preparo un vermuth, cuelgo las patas de la mesa, los pongo a estos chorros divinos con el telebin, un beso a la patrona y me duermo pensando en cómo salgo a flote mañana, ¿entendés?
Si es que este domingo nadie anda escandalizado, corriendo la voz de que se soltaron unos elefantes. Algunos hasta se quedan para aplaudir. Salió el sol a la hora convenida, dieron el pronóstico, el tránsito va bien pese a los intentos de algunos automovilistas de engrosar las listas infaustas, hay un olorcito bastante rico que viene de la cocina y Aguilar que haga la de él, ¿Qué tengo que ver yo con Aguilar? Mi problema es el Cholo. ¿Camina la cosa con tres en el fondo o hay que poner a cuatro? Agarro los diarios y veo que le están pegando abajo, mal. Lo tienen caminando torcido en el primer round. ¿Qué les habrá hecho el Cholo? Ta’ bien, los de Estudiantes por ahí no se quedaron contentos del todo, ¿pero el resto? Digo, estos periodistas que le vienen dando como adentro de un gorro, después de adularlo toda la vida, ¿qué les picó ahora, que ponen en la picota al mismo que hacía su trabajo igual en Estudiantes y les parecía fenómeno?
El Cholo es el asunto, dejalo a Aguilar, que por ahí resulta que también es un neófito, eso que patentó el genio de Grondona cuando le preguntan por lo raro que son los negocios con la tele. Cualquiera tiene derecho a ser un neófito. Y si no sabés, no sabés. Chau. Así que Sajavi, o como se llame, que se la lleve nomás, si toda mi vida vi cómo se la llevan otros y yo aquí, un dibujo, un perdedor al que todo le pasa por el costado. Ya sé que se escribe Zahavi, pero eso es como más finoli, no me va, a tanto no llego.
El domingo avanza a 24 pesos la popular, en micro, apretujado, y cacheado hasta en las ingles, con más sed de la que se puede saciar y privándose de algunos gustos. Todavía falta que el árbitro te mande al bombo, que te tengan una hora esperando para salir y las demás cosas lindas de la vida. Pero es nada menos que domingo. Y hay una ilusión que se da crédito otra vez, la sensación de que el Cholo, o el que sea, hoy sí acierta; entonces me les planto en la puerta este lunes y los cargo hasta la hora de la salida. Por eso papá es así, nene, ya lo vas a entender. No te podés parar en el escritorio y decir que Aguilar es mejor que Pompilio, o al revés. No interesa. Pero si River gana 3-1 y Boca marcha, o al revés, ¿sabés lo divertido que es verles al cara a los de la contra?
Ni una hoja de un árbol cambió su historia por lo que ayer contó Andrés Eliceche en PERFIL. Quizás cuando escribía se reprochaba el lío que podía generar con su artículo. Capaz que el fútbol se para hoy, van a llamar –pensó Eliceche– hasta de Casa de Gobierno, esto que informo es groso, es grave... Le resultará raro, porque es joven, pero el mundo sigue andando. Eliceche se debe sentir como el primero que vio que a Cristóbal López le daban las maquinitas para toda la vida y lo conminaban a ganar más plata, a darle más alegría en forma de maquinitas al país. Ese también creyó que había descubierto la Antártida, y por ahí andará el hombre, tropezando con elefantes por la calle, así que todo sigue igual.
Es domingo, hay fútbol. Zahavi habló por celular desde un boliche en el Támesis, y dice que ya tiene la fórmula para lo de Augusto, que se queden tranquilos, que no se va a notar. La falta del Negro no se va a notar, aclara. No se entendía bien. Los celulares que andan cada día peor. No, acá no, los elefantes los tienen en el zoológico. ¿Por qué me preguntás, pasó algo ahí? No, Zahavi, quedate tranquilo que aquí no pasa nada.
