En el último año se crearon 5 millones de empresas nuevas en el mundo, para el año 2020 el 40% de los millennials van a ser entrepreneurs o empresarios. El futuro del trabajo está cambiando en todo el mundo.
Pero emprender en la Argentina no es fácil. Es verdad que no es fácil tener una idea nueva e innovadora que funcione y sea exitosa en ningún lugar del mundo, pero en nuestro país se vuelve aún más complejo por el hecho de no tener un sistema financiero que brinde herramientas a los emprendedores para poder pensar en el largo plazo.
Tesla, Amazon, Uber, son empresas que perdieron cientos de millones de dólares hasta que lograron ser rentables. En algunos casos todavía ni siquiera hoy lo son.
En Argentina, si tenés un negocio que no genera rentabilidad es imposible sobrevivir, esto hace que sea muy difícil que las ¨semillas¨ (como se les llama a los emprendimientos embrionarios) germinen.
Esto no sólo tiene que ver con la falta de crédito, sino también con la falta de costumbre de las familias ricas del país para invertir en este tipo de proyectos.
Tampoco las condiciones actuales ayudan y no podemos culpar al gobierno por tener que pagar tasas altas para quitar dinero del mercado, porque en caso contrario nos comería la inflación.
Ahora, hay algo que la Argentina si podría y debería hacer: además de tomar deuda para financiar obra pública y gasto, debería dedicar parte de esa deuda que toma a financiar emprendedores.
Poniendo condiciones, claro. Así como Endeavor tiene un proceso de selección para elegir quienes son “emprendedores Endeavor” (siendo el caso más exitoso el de Mercado Libre), el Gobierno podría decidir apoyar financieramente con tasas muy bajas, en dólares, a muy largo plazo, a emprendedores que presenten proyectos que ayuden por ejemplo a desarrollar empleo en distintas zonas del país. O que generen empleo entre la gente joven, o cualquiera que sea el objetivo que el gobierno identifique como prioritario para ir hacia una sociedad más equitativa, más igualitaria.
Es verdad que la obra pública genera empleo de forma inmediata, y que eso pone en marcha muchos mecanismos que hacen que la economía se active rápidamente, pero cada empresa exitosa que se crea tiene el potencial de generar miles de puestos de trabajo sostenibles a largo plazo.
Hace poco fui a visitar una de las favelas más peligrosas de Brasil, en Rio de Janeiro. Fui de la mano de un emprendedor brasileño que está desarrollando un sistema de pago que le facilita la vida a personas que no tienen acceso al sistema financiero tradicional. Y no lo hace para prestarles plata al 500%, sino para simplificarles la vida y brindarles herramientas que los ayuden conectarse con la sociedad. El proyecto se basa en una aplicación que les permita inclusive hacer transacciones sin costo a personas que no saben leer pero tienen celular, utilizando mensajes de voz para operar muy fácilmente.
En nuestro país hay creatividad, y mucha. Hay cintura para adaptarse a distintos escenarios.
Sobran buenos delanteros y buenos guionistas, sólo necesitamos apoyarlos.
Necesitamos que se convierta en una política de estado que la Argentina sea el país con más emprendedurismo de la región.
Estoy convencido que es razonable imaginar una Argentina sin villas, sin pobreza, con mayor equidad social, que sea un ejemplo de innovación en el mundo. Recomiendo leer el libro Start up Nation. Si Israel lo logró, ¿por qué no podemos lograrlo nosotros?
(*) CEO WeWork Latam, fundador Fen Hotels, emprendedor.