Si hubiera que definir el estilo del Papa, no podrían faltar las cualidades carisma y simpatía. Como líder, posee estas habilidades. Está siempre sonriente. El cambio de Bergoglio a Papa se dio en que puso de manifiesto estas aristas de su personalidad que antes no las demostraba tanto. Porque son pocos los meses que pasaron para que desarrollara un tipo de liderazgo que él no tenía; por lo cual, claramente, él ya era así.
Es una persona, además, con un sentido de la misión muy clara en sus pensamientos y eso lo está transmitiendo. Posee una gran convicción con ciertos valores y esa sensibilidad se nota. Por su parte, son temas sociales que pide la sociedad y que él sabe poner en palabras. La lucha contra la corrupción y contra el abuso que muchas veces se da dentro del poder político y económico es una demanda de diversos miembros de la comunidad actual de distintas partes del mundo. Y hoy la Iglesia Católica, a través del Papa, las verbaliza. Al igual que sus mensajes contra la pobreza y la desigualdad. Esto favorece la imagen de la institución, no hay dudas de eso. No sé poner este aumento en números, es decir, cuantificar este favorecimiento, pero es evidente que mejoró mucho. A raíz de su visita a Brasil, se le abrió una oportunidad ideal para poder demostrar estas cuestiones y habilidades puesto que es una sociedad muy demostrativa y con mucho fanatismo hacia el catolicismo. Allí él le habló muy fuertemente a los jóvenes y les transmitió su mensaje de lucha contra el consumo de drogas y contra su despenalización y lo hizo en un momento muy fuerte de Brasil en relación con ese tema. Respecto a la Argentina, sigo creyendo que no va a intentar tener influencia directa en la política nacional, pero sí indirecta. Ahora, ya hay un efecto político.
*Sociólogo.