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opinión

Boca depende de una hazaña como la de aquellos tiempos

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El último. River le ganó 2-0 a Boca en la Bombonera. | fotobaires

Y bien amigos, otro año y Boca sigue sin jugar a nada. ¿Cuánto hace que Boca no juega bien? Pasan los técnicos, uno tras otro, cambian jugadores (no los suficientes) y no pasa nada. El otro día contra el precario Central Córdoba, en la Bombonera, se puso 1-0 antes de los 10 minutos. Todo indicaba que Boca iba a controlar el juego, hacerse cargo del partido y ganar con comodidad. Nada de eso pasó. De hecho, en el segundo tiempo, cuando todavía iban 1-0, había olor a empate de Central Córdoba en cualquier momento, cosa que hubiera ocurrido contra cualquier otro equipo con algo más de jerarquía que el de Balbo. 

Más allá de Boca, podríamos detenernos un momento en esa frase tan futbolera: “No jugar a nada”. ¿Es lo mismo jugar mal que no jugar a nada? Yo creo que no. Jugar mal puede ser el resultado de varios factores: un bajón en el nivel de varios jugadores, en especial los claves. Un mal estado físico. Un mal día en que las cosas no salen bien. Cometer errores infantiles. E, incluso, sobre el director técnico, haber armado mal el equipo o haber leído mal el partido. Pero no jugar a nada remite a otra dimensión: a que no sepamos las intenciones del equipo. Su plan. Que veamos uno, dos, tres, cuatro partidos, incluso años de partidos, como con Boca, y que no podamos develar cuál es el plan de juego.

¿A qué quiere jugar Boca? ¿Quiere ser un equipo rapidito que recupere y haga la transición en solo dos toques? Eso parece a veces. Pero muchas otras veces no. Porque para eso habría entonces que presionar muy fuerte en mitad de cancha, o incluso en tres cuartos de cancha, para recuperar rápido y salir en modo “contragolpe ofensivo”, como decía el Bambino Veira. Pero Boca no presiona. Es un equipo pasivo, que espera mientras mira lo que hace el rival. ¿Quiere tener el control de la pelota y avanzar posicionalmente? Eso parece a veces, pero no siempre. Aunque, cuando controla el juego, lo hace con una lentitud exasperante.

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El medio campo de Boca no tiene casi cambio de ritmo. Zenón es un poco el rapidito de ahora, pero no hay nadie que arme juego y piense a otra velocidad. ¿Quiere ser un equipo que se lleve al rival por delante con más prepotencia que otra cosa? Eso todavía lo hace mucho menos, casi nunca. Promediando ya la etapa clasificatoria de la Copa de la Liga, Boca de nuevo no está entrando en los play off. Por no mencionar la suma de puntos para entrar en la Copa libertadores 2025, para mí el gran objetivo del año (no clasificar dos veces seguidas sería un fracaso ya no solo saca-técnico, sino saca-dirigencia, si las elecciones no quedaran tan lejos). Volviendo a la liga local, la tabla está apretadita, y todavía Boca puede entrar. Pero también es cierto que le armaron un fixture muy favorable al principio, para sumar muchos puntos (que obviamente no sumó) y ahora le falta jugar contra River, Racing, Estudiantes, San Lorenzo… no la tiene fácil.

River, en mi opinión, es lo opuesto: es un equipo que se sabe a qué juega, pero que muchas veces lo hace mal o regular. Cuando le sale bien, es una maquinita. Pero eso pasa de vez en cuando.