Leo en un periódico (que no es éste) una nota sobre el sistema de transporte en Buenos Aires, tema al que le he dedicado más de una columna, porque me indigna la indiferencia y la incompetencia que demuestran los funcionarios nacionales y municipales al respecto.
Expertos catalanes vienen a decirnos lo que ya sabemos bien: que aunque se extienda la red de subterráneos, su falta de conexión con otros medios, su diseño radiocéntrico y su limitación (es como si Buenos Aires, efectivamente y contra toda evidencia, terminara en la General Paz) la volverían totalmente inútil.
Pero como los subnormales que nos gobiernan no suelen usar el transporte público, no se dan por enterados de lo que podría hacerse, además de prolongar las ya colapsadas líneas de trenes subterráneos.
Un ejemplo: existe una línea de trenes que pasa al costado de Ciudad Universitaria y del Aeroparque Metropolitano y que une Retiro con Puente Saavedra, en Vicente López. Hasta ahora a nadie se le ocurrió que sería conveniente (y para nada caro) inaugurar sendas estaciones que permitan unir dos áreas neurálgicas de la Ciudad, en pocos minutos, con esos puntos de distribución del tránsito de pasajeros. Eso sí, modificar la traza del ferrocarril para agregar un carril a la autopista les pareció sensato a los imbéciles que asesoran al alcalde.
Un urbanista propone integrar las redes de los trenes Belgrano Norte y Sur por debajo de la 9 de Julio, “o más hacia el río”. A esa idea podía sumársele que los trenes que llegan a Retiro-Mitre continúen su recorrido por el trazado subterráneo de la línea C, hasta Constitución. No creo que hagan falta más de diez palas y diez picos para conseguirlo.
Usando un poco de imaginación (bien escasísima entre nuestros gobernantes, salvo para robar cartel en los medios diciendo gansadas), ¿no sería adecuado tender una línea de subterráneos desde Ciudad Universitaria hasta Flores, que combine con las estaciones Lisandro de la Torre, Olleros, Colegiales, Federico Lacroze, Chacarita, Paternal, Puán, etc...?
A lo mejor tiene razón Borja Sebastià y hemos optado por la decadencia. Por algo aguantamos a esta ralea de botarates.