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Búsqueda implacable

En los vuelos transoceánicos, pongo cualquier película hasta que me haga efecto la pastilla hipnótica que tomo para poder dormir.

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En los vuelos transoceánicos, pongo cualquier película hasta que me haga efecto la pastilla hipnótica que tomo para poder dormir. Pero volviendo de Frankfurt, elegí Searching (Buscando), un prodigio narrativo que me juega una mala pasada. Aguanto hasta el final, con los progresivos efectos del soporífero, y me prometo verla nuevamente cuando llegue a mi casa. La versión integral es mucho mejor que la reducción preparada para los aviones, a la que le faltan unos cuantos minutos.

Searching es la historia de la búsqueda de una hija perdida o desaparecida. A diferencia de la saga Taken, protagonizada por Liam Neeson, aquí nada es muscular ni sensorial ni mafioso ni heroico, sino inteligente.

El padre (desempeñado por John Cho) es un hombre que trabaja con computadoras,  desconcertado por la muerte de su esposa. El punto de vista de la película es precisamente el de su computadora (o el de la macbook de su hija), y todo lo que se ve es lo que sucede en esas pantallas, en particular, claro: los resultados en los buscadores.

Una vez aceptada la desaparición de la hija, el padre contacta a la policía. No sabe nada de su vida social y debe reconstruir su entorno y sus movimientos a través de las redes de las que ella participa. Naturalmente, debe “hackear” las cuentas previamente, mediante un sistema que incluye un solo abuso narrativo: la cuenta de correo de su hija está asociada a la cuenta de correo de la madre muerta, que él conoce. Sin ese dato (yo nunca conocí las claves de las cuentas de mis hijos, pero los tiempos han cambiado) la trama no se sostendría. Todo sucede en cinco días frenéticos de chateos, comparación de imágenes, tabulación de respuestas, seguimientos en Google Maps, reconocimientos en cámaras de seguridad y, sobre todo, noticias periodísticas.

La verdad, cuando se sabe, es terrible y muy triste: no hay trata de mujeres, ni lavado de dinero, ni drogas de por medio. Solo la distancia establecida por la misma técnica que la película usa como motor narrativo. El relato es prodigioso sobre todo cuando muestra el parpadeo de un cursor, el borrado de un mensaje a medio escribir, la vacilación antes de pasar de página como un efecto de conciencia (sensibilidad e inteligencia). Una conciencia y una identidad desgarradas por la técnica, que en definitiva son las únicas a las que hoy podemos aspirar. Searching muestra cómo hacer un relato impecable en tiempos de enamoramiento de los dispositivos.