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Canal 7: fútbol para todos, más gastos y servilismo K

Logra ratings históricos, pero sigue con vicios antiguos, que en algunos casos el kirchnerismo ha potenciado. Gastos sin control y sueldos exorbitantes.

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| Tlam

En la era del cineasta Tristán Bauer, Canal 7 levanta cabeza en el rating gracias al fútbol pero también a ciclos prestigiosos, aunque manteniendo antiguos vicios: gastos e ingresos sin control, sueldos que llegan a ser exorbitantes, muchos empleados, un presupuesto en aumento al tercerizar varias de las emisiones más costosas y un agresivo servilismo político al Gobierno en algunos de sus programas de punta.

Bauer transita su segundo año al frente del llamado Sistema Nacional de Medios Públicos Sociedad del Estado (SNMP SE) con “puntaje ideal” en materia de rating –la medición promedio de octubre fue de 4 puntos, cuatro veces mayor que cuando se hizo cargo del canal estatal– y grandes figuras en su cartel; aunque, según pudo averiguar PERFIL, mantiene presupuestos sin control y en ascenso, al margen de los 600 millones que el Gobierno se comprometió a pagar por año por la transmisión del fútbol.

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El cineasta, junto con el director ejecutivo del canal, Martín Bonavetti, lidian a diario con más de mil empleados públicos –buena parte de ellos con más de 25 años en el edificio de Figueroa Alcorta– que al ser beneficiados en el último acuerdo salarial con un aumento superior al 23 por ciento consumen casi 8 de cada 10 pesos de los que les transfiere el Tesoro nacional, superiores a los 300 millones de pesos por año.

A las presiones económicas se suman las que provienen del mismo Gobierno, siempre interesado en aparecer más que en los discursos públicos de la presidenta Cristina Fernández, transmitidos completos, y a las de la oposición, ONGs y hasta de la Auditoría General de la Nación (AGN), que vienen denunciado falta de rigurosidad en los balances e “incumplimiento” de las obligaciones asumidas.

En efecto, el estudio de los balances del SNMP que todos los años realiza la AGN suele concluir en un informe de pocas páginas en las que sencillamente se advierte que falta información y datos contables, algo que no podría ocurrir en ninguna empresa común.

Conocer cuánto dinero cuesta Canal 7 a los argentinos no es tarea fácil. El SNMP que dirige Bauer –que aglutina a Canal 7 y a Radio Nacional– es una de las 27 empresas del Estado nacional aunque, como es deficitaria, es solventada con recursos del Tesoro.

En el Presupuesto nacional aparece, en el apartado “comunicación” de los “servicios económicos”, uno de los pocos puntos en los que el presupuesto ejecutado en general termina superando al estimado al principio de año.

De esta manera, el presupuesto para este 2009 proyectaba gastos por 332,2 millones de pesos para el SNMP, aunque según reportes de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), el Gobierno debió destinar otros 20 millones en agosto para pagar sueldos; mientras que el presupuesto para 2010, hoy en estudio en el Senado, ya supone en forma adicional una “asistencia financiera para atención de gastos de operación” de 47,8 millones de pesos más.

Los 20 millones adicionales de este año fueron reasignados mediante los llamados “superpoderes” desde un plan de asistencia a las provincias, lo que generó fuerte críticas de la UCR, cuyo jefe de bloque en Diputados, Oscar Aguad, cuestionó que “en tiempos en que las provincias se encuentran asfixiadas financieramente, el Gobierno nacional les responde con esta quita de recursos para favorecer mayores gastos en sus políticas de comunicación”.

Los más de 350 millones de pesos destinados a Canal 7 y a Radio Nacional representan un incremento de cerca del 400 por ciento respecto a lo que el Gobierno pagaba en 2001, cuando fue creada la empresa estatal.

El presupuesto de 2009, además, no incluye la reparación del edificio del canal (a cargo de Planificación Federal) ni las erogaciones del canal Encuentro (pagadas por el Ministerio de Educación), según confirmaron a PERFIL desde la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Desde Canal 7 aseguraron a este diario que la gestión de Bauer “sumó en transparencia” y que se publican todos los gastos desde enero de 2008 en la web del SNMP.

Un estudio de esos datos realizado por PERFIL comprueba el considerable aumento en los gastos operativos: mientras que durante todo 2008 se contabilizaron casi 2.500 facturas por 18,9 millones de pesos, entre enero y el 13 de septiembre pasado ya se habían gastado 26 millones de pesos.

Salarios. Los ejecutivos del canal evitan referirse a los sueldos. Argumentan que “los salarios en la TV son irreales” y “no se condicen con la realidad del país” por lo que “queda mal decirlos”. Se animan, sin embargo, a contarle a PERFIL algunos casos, siempre manteniendo el off the record: Juan Alberto Badía recibe –al menos lo hacía hasta hace algunos meses– 15 mil pesos como conductor de Estudio País y otros 20 mil como productor del mismo programa. Por La vida es arte, un programa semanal, Lalo Mir recibe 12 mil. Fuentes gremiales explicaron a este diario que esos sueldos son mayores en casos en los que existe una coproducción o bien directamente se terceriza un espacio, y citan por ejemplo el caso del programa Seis, siete, 8:00 del productor Diego Gvirtz, que paga el sueldo de los protagonistas del ciclo. Desde otro canal público aseguraron a PERFIL que, por ejemplo, “hay casos en los que el Estado es anunciante de un segmento producido por una productora externa, con lo que se recibe plata desde allí y desde el canal”.

Algunas producciones tercerizadas cuestan millones: “Los cuentos de Fontanarrosa, que produjeron Coco Silly y Daniel Aráoz, salieron 20 mil pesos cada uno de los 26 capítulos”, uno por semana, reconocen a PERFIL fuentes cercanas a la dirección ejecutiva del canal, es decir: se gastaron casi 100 mil pesos por mes.

Según la ANSES, el Sistema Nacional de Medios tiene 1.674 empleados. Un relevamiento de este diario realizado en base a la nómina de empleados con apellidos que comienzan con las tres primeras letras del abecedario revela que el 24 por ciento de los empleados tiene más de 60 años, y que casi todos son hombres.

“En Canal 7 cobran un promedio de entre 4 y 5 mil pesos en bruto y están en línea con el resto del sector, son los que más pagan después del 13 y del 11. A diferencia de la televisión privada, que van seis horas, seis días a la semana, ahí trabajan ocho horas, cinco días a la semana”, aseguraron a este diario desde el Sindicato Argentino de Televisión (SAT).

Según el último convenio, que incluye un aumento de entre 19 y 28 por ciento, sin embargo, un trabajador con 20 años de experiencia, título terciario y cuatro horas extras semanales cobraría entre 7 y 12 mil pesos. Los directivos sostienen que el canal tiene unos 900 empleados (contra los 1.674 que figuran en la ANSES), aunque aun así, pagan buenos sueldos, tercerizan muchos de los espacios. Por ese tema se debió “levantar en armas” el sindicato, y desde entonces un programa de divulgación médica comenzó a fabricarse con gente del canal, al igual que el magazine de la mañana.

Aunque parezca por momentos una caja negra que aspira dinero, Canal 7 recuperó dinamismo en la grilla y en octubre llegó a los 4 puntos de rating, un récord histórico, impulsado por algunos ciclos prestigiosos, como El espejo retrovisor (con Felipe Pigna), Peter Capusotto y sus videos, La vida es arte (con Lalo Mir), Laboratorios Dormevú (con Mex Urtizberea), Elepé y Científicos industria argentina, y la “inversión” de 600 millones de pesos en la televisación del fútbol.

Sin embargo, aún no han podido rentabilizar la señal y, pese al aumento en el rating, sus espacios siguen regalados: pautar en ellos cuesta desde 50 y 70 pesos el segundo (en el caso de Visión 7 primera mañana) hasta 220 pesos durante el prime time, muy lejos de los 4.400 pesos que llegan a costar en otras señales.

Las fuentes del canal consultadas por este diario sostienen que Bauer y Bonavetti insistirán en buscar que la señal sea estatal, con representación de todos los sectores, lo que genera fuertes roces con el entorno de Cristina Fernández, que pujan para que el canal se “politice” o bien sea usado para los “intereses espurios del poder”, como las operaciones desde el segmento de Gvirtz contra medios considerados opositores o sus periodistas.

Los directivos piensan, en cambio, en introducir en 2010 una ficción infantil en la que participaría la ex Patito Feo Brenda Asnicar y tratan de eludir con cortesía las críticas de los productores externos a que “el mundo se pare cuando habla Cristina”. Les está saliendo un poco caro: el decreto de creación del Sistema Nacional de Medios decía que desde 2004 el Estado sólo contribuiría con 24 millones de pesos. Pero el kirchnerismo ya invertía 147 millones en 2006 y llegará a 410 millones el año que viene.