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Cambios por venir

Convención Constituyente en Chile, un símbolo para el mundo

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Mujeres. Elisa Loncón, lingüista y Carmen Valladares, destacada jurista, protagonistas de la nueva Constituyente. | cedoc

La instalación de la Convención Constituyente en Chile luego de un proceso electoral iniciado con el levantamiento social de octubre de 2019, que se mantuvo vigente durante la dramática pandemia que nos asola, presenta particularidades que estimo tendrán impacto en la región y constituirán un ejemplo para el mundo.

Este proceso constituyente ya se ganó un lugar en la historia porque es la primera asamblea paritaria que debatirá una Constitución para un Estado democrático. En este siglo, que está marcado por la reivindicación de la igualdad de género, el dato constituye dentro de la búsqueda de esa igualdad en los derechos políticos un avance de indudable valor ejemplar para el mundo y con efecto práctico para el país que lo ha adoptado porque podrá demostrar el enriquecimiento del debate constitucional con el aporte igualitario.

Otro elemento destacado es la presencia de nuevos grupos políticos que representan a los múltiples pueblos originarios integrantes de la nación. Nuevas voces se sumarán a la discusión para aportar visiones, reclamar derechos, diseñar instituciones desde otras perspectivas. Los partidos que han gobernado Chile, ya sea por haber sido electos para ocupar el Poder Ejecutivo o por estar representados en el Parlamento, están desafiados a confrontar y acordar con esta nueva representación surgida de la voluntad popular.

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Las voces de los diferentes ámbitos de la cultura también han sonado fuerte en este proceso. Artistas, gestores, académicos, han expresado su exigencia para que los derechos culturales sean consagrados en la nueva Constitución como un pilar del nuevo pacto social que todo proceso constituyente significa. Y toda consagración de nuevos derechos lleva implícitas mayores funciones para el Estado, que deberá garantizar mediante mecanismos idóneos el complejo entramado de derechos que el nuevo régimen constitucional establecerá.

La agitada instalación de la nueva asamblea estuvo marcada por situaciones que ilustran con potente simbolismo los cambios por venir. La elección de la presidencia de la Convención recayó en Elisa Loncón, profesora, lingüista, activista por los derechos de los pueblos indígenas y perteneciente al pueblo mapuche. Esta decisión de sus colegas implica una ratificación de los ideales de igualdad de género y reconocimiento de los pueblos originarios que fue bandera durante el extenso proceso preconstituyente. La presidenta del cuerpo manifestó: “Esta Convención transformará al país y lo volverá plurinacional e intercultural”, expresiones que anticipan no solo el tono del debate sino los principales valores en los que se intentará fundar el sistema constitucional emanado de este cuerpo en los nueve meses de trabajo que han fijado como plazo para sancionar la nueva Constitución.

Quien tuvo que poner en funciones a la presidenta de la Convención fue la secretaria del Tribunal Calificador de Elecciones, Carmen Gloria Valladares, destacada jurista especializada en derecho constitucional y con amplio reconocimiento internacional. Tuvo la responsabilidad de manejar un momento de alta tensión social. Lo hizo con palabras y conductas que demostraron no solo su rigor técnico sino una especial sensibilidad para la conducción de un conflicto. “Comenzaremos cuando el país esté en paz”, expresó ante los disturbios externos y las protestas de los constituyentes, logrando una adhesión mayoritaria.

Dos mujeres fueron las figuras relevantes de la instalación de la Convención Constituyente de Chile. La claridad de sus palabras y acciones exceden las fronteras de su país para indicar que en un momento tan doloroso para el mundo y, en especial, para América Latina, que sufre no solo la crisis sanitaria sino también diversas crisis en sus sistemas políticos, la posibilidad de cambio no es una quimera.

A los hechos señalados se agregó una situación que indica que la historia tiene continuidades sugestivas. Carmen Valladares es sobrina nieta de Gabriela Mistral, poeta reconocida internacionalmente, comprometida con los derechos de la mujer y de las minorías. El camino emprendido por ella vio sus frutos en este acto, tal vez como una demostración de la existencia de la justicia poética.

*Profesor de Derecho Constitucional.

Producción periodística: Silvina L. Márquez.