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PANORAMA / LO QUE VIENE

Corte y confección

El cambio Supremo y la puja con mandatarios provinciales del PJ están atravesados por la especulación electoral.

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CORTES a medida Ricardo Lorenzetti | DIBUJO: PABLO TEMES

icardo Lorenzetti es el nexo entre dos hechos del 11 de septiembre que impactan en Cambiemos. La decisión de la Corte para que Carlos Rosenkratz lo suceda en la presidencia desde octubre y la reunión de gobernadores peronistas que debatió el respaldo al Presupuesto. Lorenzetti está ligado a la historia de la negociación con los gobernadores por el fallo del máximo Tribunal a favor de Córdoba, Santa Fe y San Luis. Un reclamo de retención  de fondos indebida iniciado en el ciclo kirchnerista, pero resuelto en la transición con el gobierno actual.

Mauricio Macri extendió la medida al resto de las provincias. Entre otras cosas, porque el fallo fue interpretado como una maniobra de Lorenzetti para reposicionarse en la oposición tras llegar a la presidencia de la Corte con el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner: Juan Schiaretti, Miguel Lichfitz y Alberto Rodríguez Saá no sintonizaron con su gobierno.

Fortalecidos por esos recursos, los mandatarios provinciales dudan en seguir confiando a Miguel Angel Pichetto y Sergio Massa la tarea de mediar con la administración central. Quizás por eso quedaron fuera de la reunión del Consejo Federal de Inversiones (CFI) previa al encuentro con el Presidente. También algunos sindicalistas que querían aprovechar la visita a la Casa Rosada para llevar reclamos. La argucia para excluirlos es que solo asistirían gobernadores. Es decir, los que ostentan poder territorial.

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Principio que imperaría para ordenar la oposición no K a Cambiemos. Pero también para resolver la candidatura presidencial en ese espacio. Perjuicio para Massa, de quien esperan que le dispute a María Eugenia Vidal la provincia de Buenos Aires. A los gobernadores les sorprende que el líder del Frente Renovador, Florencio Randazzo y Felipe Solá desdeñen esa posibilidad y planteen como hecho irreductible su postulación presidencial.

Comienzan a persuadirse del temor a una derrota con la gobernadora bonaerense pese al esfuerzo que realizan para que el ajuste recaiga en su administración, a la que esperan derivar los 25 mil millones de pesos de subsidio al Transporte. Sumado a otros rubros y a la eliminación de tasas en luz y agua, implicaría la licuación de los recursos obtenidos en la renegociación del Fondo del Conurbano.   

 Fondos. Vidal promueve articular una estrategia con los intendentes del Conurbano que controlan el PJ bonaerense para que el Congreso actualice por inflación los 65 mil millones que la Provincia percibirá por ese concepto en 2019. El reclamo de los alcaldes para que declare la emergencia alimentaria y social parece ir en otra dirección, donde prevalecería cierto nivel de conflictividad.  
Tal vez por eso Ma-ssa deje trascender que podría encargarse de hacer oír esa reivindicación en el recinto cuando se trate el Presupuesto. No hay unanimidad sobre eso en el Frente Renovador. Algunos de sus miembros aguardan ese momento para rechazarlo: Solá, Fernando Asencio, Facundo Moyano y Daniel Arroyo. Posición que de a ratos tienta a otros. Incluido Ignacio de Mendiguren, al que no le disgustaría ser el eco de las críticas a la política económica oficial de los sectores industrialistas con posiciones minoritarias en la UIA presidida por Miguel Angel Acevedo.
Tampoco está lejos de los deseos de Massa, si no llega por anticipado algún tipo de reivindicación de Macri al papel que debería jugar el Frente Renovador en la sanción del Presupuesto. En ese punto, la veintena de diputados que reúne es un obstáculo para la negociación de los gobernadores con el Ejecutivo. Del mismo modo que para los intendentes con Vidal. Aunque no solo en la Legislatura bonaerense, donde el cálculo de recursos será tratado una vez que esté resuelto el del gobierno nacional.
Más que conmover con una propuesta al tercio de electores que no adhiere a los otros dos que se reparten en proporciones similares Cristina y Macri, a los intendentes del Conurbano los desvela la aplicación de un álgebra incierta.
Estiman que esa paridad podría quebrarse a favor de la ex presidenta si consiguen sumar los casi 10 puntos de intención de voto de Massa y los 6 obtenidos por  Cumplir en los comicios del 2017.  
Fue el espíritu del asado que compartieron en Escobar el lunes 3. Los alcaldes lo invitaron a disputar una PASO con Agustín Rossi para definir el candidato presidencial del kirchnerismo, bajo el supuesto de que Cristina desistirá de ella. Confían en el volumen de las primarias para imponerse en segunda vuelta. Massa les planteó un escenario igualmente hipotético: Cambiemos obtendría el tercer lugar y la disputa en el ballottage se libraría entre él y la ex presidenta.

Opinión. Una instancia donde el peso de la opinión pública jugaría un papel determinante. La mayoría de los consultores entienden que una de las dificultades que debe resolver Massa es cómo reconstruir el contrato de credibilidad con la ciudadanía. Un abismo al que evitan exponerse los gobernadores luego de sacar sus propios cálculos. Si dejasen a Macri sin Presupuesto, lo facultarían a reasignar partidas tomando de base el viejo. Es más productivo obtener concesiones al facilitar la sanción del nuevo.  
La tensión entre Juan Manuel Urtubey y Carlos Verna en la reunión del CFI dejó al desnudo la realidad dispar de cada provincia para garantizar su financiamiento. Con un 44% de su deuda en dólares, la de Salta está en  un lote liderado por Córdoba (95%), Chubut (86%), Neuquén (70%), Entre Ríos (59%), Tierra del Fuego (45%) y Chaco (35%), según un informe de la consultora Delphos Investment.
La Pampa no figura en esa lista. Tampoco la de Tucumán. Juan Manzur no descarta integrar el binomio presidencial del peronismo federal con el propósito de polarizar una disputa por la gobernación con José Alperovich, quien tendría por rival al ahora vicegobernador Osvaldo Jaldo. Con matices, replica el plan de Urtubey en Salta y Lichfitz en Santa Fe: candidaturas presidenciales para
retener el gobierno provincial con alguien propio ante la imposibilidad de reelegir y frenar el avance de Cambiemos. Algo que tal vez intuyó Lorenzetti hace casi tres años.