¿Cómo digo entonces que Huysmans (un autor) escribió su mejor novela (Al revés), tomando como objeto de contemplación o consideración la peor novela (Salambó) de otro autor (Flaubert)? La primera respuesta sale de este modo: así. Pero sería una respuesta que no explica nada (quizá como toda respuesta verdadera, donde la premisa contiene su respuesta). Pero podríamos abundar un poco. Si la eternidad está hecha de las obras del tiempo, el tiempo es el gran molde donde se vuelcan las obras de los hombres, y las formas, las cambiantes formas, son las vasijas particulares donde se vacía el ansia de expresarse de la eternidad. Creo que me fui un poco de mambo.
Las cosas hay que decirlas varias veces para que el otro que hay en uno las entienda.
Flaubert trabaja Salambó sobre la base empírica de la apropiación, catalogación y fichaje de los objetos y los saberes de la conquista de Europa sobre las civilizaciones asiáticas y africanas: la existencia del museo como reservorio y preservación de los restos de lo que fue apropiado y destruido. Borges (acá habría que abrir un paréntesis) hace lo mismo pero no con los objetos sino con los libros de la Biblioteca Nacional y la personal; los libros como condensación de los saberes del planeta, que sirven para armar sistemas de citas como sintaxis: Borges piensa usando la cita como bastón de ciego. Cerramos el paréntesis imaginario. Claro que el ciclo histórico de la conquista francesa se ha cerrado, cuando Flaubert publica Salambó la potencia hegemónica es Inglaterra y a Francia no le queda la aventura sino su nostalgia de los tiempos presumiblemente gloriosos (Stendhal), y la mente de los escritores ya tiene por objeto, la aventura de la sociedad (el naturalismo). Lo que hace Huysmans es radical: toma de la sociedad al individuo y lo pone en situación de tomar esos viejos catálogos de totalidades y ver qué valor tienen para ese individuo. Su personaje, Des Esseintes, vuelve al resto de una posesión que es ya una evocación de esplendores apagados, y lo somete al análisis más exquisito que permite la melancolía. Toda literatura nace de una literatura anterior, como condensación o expansión. Pero la buena literatura, siguiendo esas operaciones, las permuta en mundos nuevos.
