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De Vido, el mediador

Emulo laico del cardenal Samoré, Julio De Vido intenta, según nuestras fuentes, la sensata utopía del acercamiento. Mientras tanto, estallan las esquirlas del bombardeo máximo. Signa la Guerra de Convalecientes. Librada entre los Kirchner y el Grupo Clarín.

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Emulo laico del cardenal Samoré, Julio De Vido intenta, según nuestras fuentes, la sensata utopía del acercamiento. Mientras tanto, estallan las esquirlas del bombardeo máximo. Signa la Guerra de Convalecientes. Librada entre los Kirchner y el Grupo Clarín.
El mediador, el nuevo Samoré, el ministro De Vido, representa la moderación. Complemento de una de las partes demenciales de la contienda. Que alcanzó el punto más alto de la intensidad exterior durante el acto del 24 de marzo en la ex ESMA. Para ser superado por la importante demostración del jueves.
La Guerra de Convalecientes suele caracterizarse por la ofensiva permanente de los Kirchner. Contrasta con la actitud frágilmente defensiva del Grupo. Contraataca con deficiente información, plantada por profesionales sin mayor convicción. Distan de asumir las bondades de la causa.
Se destacan cuatro frentes principales de batalla. Dos pertenecen a la artillería económico-empresarial. Papel Prensa, donde se planifica la cercana implosión. Y Cablevisión-Multicanal. Los altibajos de la megafusión derivan en la monstruosidad jurídica de avances y retrocesos.
El tercer frente es de infantería político-institucional. La Ley de Medios, que se discute en la Justicia. A través de masivos aprietes de barra brava. Guerrilla de espontáneos utilizables. Kirchnerismo izquierdoso, con peronistas minoritarios. Esclarecidos que nada tienen para perder y encontraron una causa.
El cuarto frente es el más conmovedor. Los derechos humanos. Alude a la problemática bastardeada de los hijitos bastante grandulones, muy mal adoptados, 34 años atrás, por la señora Ernestina Herrera de Noble. Aquí el objetivo de máxima es brutal. Consiste, según nuestras fuentes, en encanarla. Reiterar la receta del juez Marquevich. Masacrado, oportunamente, Marquevich, por los kirchneristas. En los tiempos de la paz activa de los Kirchner con Clarín.
En tiempos de Kirchner, para Clarín, representa De Vido el puente que supo representar Eduardo Bauzá en tiempos de Menem. Hoy De Vido es el funcionario intocable. Por peronista racional. Los entendidos, con capacidad informativa para la conjetura, subrayan la extraordinaria protección que supieron configurarle a De Vido en la Justicia. Con el asesoramiento del abogado ideal para el ámbito administrativo. De excelentes conexiones, curiosamente, hasta con el Grupo Clarín, al que patrocina. Podrán negarlo, pero el inmenso abogado supo patrocinar encuentros memorables. En el departamento funcional de Callao al 1900. Entre De Vido, en representación del Gobierno, y los exponentes calificados del Grupo Clarín. Las prolongaciones amables continuaron en las fraternales visitas de Magnetto y Rendo, líderes de Clarín, al Primer Caballero de Olivos. En la agenda figuraba siempre Cablevisión-Multicanal. Pero sobre todo salía la frutilla más preciada. Telecom. Alcances de la componenda que podía terminar en asociación. Pero Kirchner, en su reconocida voracidad, quería quedarse, según nuestras fuentes, también con las acciones de Clarín.
Si esta divulgación no lo afecta en demasía, si la mediación del cardenal De Vido continúa, a través de canales (casi) secretos, tal vez Kirchner pueda conformarse, para consagrar el armisticio, con la aceituna del Canal 13.

*Extraído de www.jorgeasisdigital.com.

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