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reediciones

Deconstruya y cállese la boca

1-11-2020-Logo Perfil
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En el mundo editorial se aprovechan las reediciones (busqué en el diccionario y encontré: presión política) de clásicos, y más aún, de clásicos infantiles para corregir tiempos verbales, títulos, visiones colonialistas. The Famous Five, de Enid Blyton, novela de aventuras, fue “reescrita” para eliminar el pasado simple y llevarla tiempo verbal presente, para llevarla al presente a secas. La vieja frase de Godard, un travelling es una cuestión moral, quedó obsoleta por la puesta en marcha de reescrituras y reediciones, el trabajo sucio del editor. Es como si un profesor de piano enseñara sonatas de Mozart suprimiendo notas para facilitar el uso del instrumento o como si se colocaran cabezas humanas en las mujeres con cabeza de gallina de Chagall. El argumento fue que lo modificaron para que “los chicos entiendan”. 

James Prichard, heredero de Agatha Christie dijo que al cambiar el título Diez negritos por Eran diez y las palabras negrito por soldado: “No tocamos la obra, solo la adaptamos a su época”. 

La universidad siempre fue centro de tensiones religiosas, revolucionarias, lucha entre viejos y nuevos regímenes, entre marxistas y antimarxistas. Pero ahora, en el nuevo combate político por reformar los planes de estudios y adaptar los programas, (en Francia hubo varias peticiones para que los alumnos puedan salir de clase y no tener que leer algún programa que podría ofenderlos) los profesores que discrepan con el Nuevo orden que consiste en igualar la moral, la ideología, la ciencia y la reflexión intelectual, son amenazados. El problema del furor de la deconstrucción, en alianza con las universidades norteamericanas (deconstrucción y sumisión), es que viene ligada al financiamiento. Al entrar en la lógica del management, la presión ideológica es mayor para obtener el dinero. Tengo la impresión de vivir en blanco y negro, otra vez, leer y enseñar es un acto peligroso.