Cuando entre lo que el título anuncia y el texto que lo desarrolla hay un divorcio, o evidente falta de información basada en fuentes confiables, a uno le queda un regusto amargo, sensación similar a la que produce comprobar que el pantalón tan bien exhibido en una vidriera tiene las costuras flojas, los botones mal cosidos o un corte imperfecto. Rigor en la administración de datos es lo menos que se le demanda a la tarea periodística, y con más razón si el material en cuestión da origen al título principal de la tapa de un diario como éste.
El domingo 3, edición 759, el título principal de la tapa proclamaba: “Se congela el consumo”. Y se aclaraba: “Efecto del control de precios y del veto a la publicidad”. La nota que daba sustento (en verdad, bastante menos que eso) ocupaba las páginas 20 y 21. Su lectura deja ese sabor feo del que se habla más arriba: “Según un relevamiento de PERFIL en supermercados y casas de electrodomésticos, y de acuerdo con mediciones del sector privado, ‘se vendió menos durante febrero’”, decía el primer párrafo. A partir de allí, la búsqueda de fuentes identificables y datos compatibles con lo anunciado da resultados muy pobres: ni nombres, ni instituciones (salvo la Cámara Argentina de Comercio, que dio datos de una compulsa telefónica entre sus socios pyme, es decir, no supermercadistas, no casas de electrodomésticos importantes), ni cifras estadísticas. Vendedores en off, un gerente que dijo muy poco, expertos en consumo que no manejaban datos nuevos, un índice de la agrupación Barrios de Pie y poco más. Y para completar, el referente de los supermercadistas chinos afirmando que el congelamiento es un éxito y que en febrero se vendió más.
Dos son las cuestiones que propongo para reflexionar sobre esto. Una, que el temor que dicen tenerle los empresarios al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, está llegando a niveles cuasi patológicos. De eso se habla en la nota, y es un dato de la realidad que ninguno de los involucrados quiere recibir un tirón de orejas del poderoso funcionario. Y la otra, que no basta con manotear lo que sea para construir una nota: si no hay sustancia, no hay nota. Así de simple. O, al menos, no hay una nota que justifique la tapa del diario.
Dicho esto, pasamos a otro asunto. Es una lástima que muchos temas que el diario aborda no sean retomados en ediciones siguientes. Quedan, así, notas en soledad aunque merecerían otro destino más enriquecedor. Es lo que me pasó al leer el mismo domingo 3, en la página 10, la nota sobre el patrimonio del CEO de YPF, Miguel Galuccio, quien no ha presentado su declaración jurada tras nueve meses en el cargo, tal como se lo reclamara la Oficina Anticorrupción. Quedaban hilos sueltos que justificaban seguir el tema: 1) Galuccio se niega a hacer tal presentación por entender que su cargo no es similar a los de funcionarios del Estado alcanzados por la Ley de Etica Pública; entre este instrumento y el artículo 5º de la ley sancionada para el nuevo estatus de YPF parece haber una contradicción, o al menos interpretaciones diversas; aclararlo hubiese justificado retomar el asunto. 2) La falta de respuesta de la OA al requerimiento de este diario sobre la vigencia o no de su exigencia a Galuccio, de mantenerse, justificaría una acción judicial en demanda de información que debe ser suministrada, le guste o no al funcionario a cargo. 3) Hubiese sido interesante conocer los datos que aportó el señor Galuccio sobre su patrimonio a la Comisión Nacional de Valores, trámite que –se dice en la nota– habría cumplimentado. Estos elementos y otros justificarían otra vuelta de tuerca sobre el tema que, cuando menos, aparece como una punta para el debate. Esta semana, nada se publica.
Otros asuntos:
- El lector Rolando Candino, en su correo que se publica en la página anterior, critica con dureza la nota “La Provincia sacó a Marcela Noble de la foto”, publicada ayer en la página 27. Debo decirle, señor Candino, que está en un error: si bien las fotos que se publican son diferentes, es claro que fueron tomadas con diferencia de segundos, y en la foto recortada y distribuida por el gobierno provincial se aprecia parte del cuerpo de la señorita Noble en el margen izquierdo. Es decir que quien la suprimió de la imagen no sólo hizo censura (por temor a la ira del Gobierno central o por el motivo que fuere) sino que además demostró su impericia. Por lo tanto, sus comentarios son inexactos e injustos.
- Se publica también hoy un nuevo envío del doctor Bottino. Ya es tiempo, estimo con todo respeto por él, de dar por cerradas las polémicas generadas por sus expresiones, por las mías y por las del lector Juan C. Chasco. Agradezco a ambos su interés, y quiero expresarle además al señor Chasco que su carta, la semana pasada, debió ser cortada por su extensión y no por su contenido.
- Una de las características que hacen interesante este diario es lo ecléctico de sus columnas de opinión, que abarcan desde la izquierda hasta la derecha, sin ataduras a preconceptos ideológicos, religiosos o políticos. Extraña entonces la carta del señor Horacio Fernández, que pareciera preferir una mirada única para comentar o interpretar lo que está sucediendo por estos días en el Vaticano. Como habrá apreciado el lector, son del más diverso tenor las columnas sobre el tema, aunque él se refiera únicamente a las dos que parecen estar lejos de su interés personal. Sin intenciones de abrir una polémica, debo decirle que Leonardo Boff es uno de los teólogos católicos más influyentes de los últimos cincuenta años, y que Antonio “Toni” Negri compartió cátedras en Francia con Jacques Derrida, Michel Foucault y Gilles Deleuze, entre otros filósofos, lo que le da el nivel que PERFIL suele (no siempre lo logra) dar a sus espacios de opinión. Negri pagó con cárcel su práctica en la izquierda radical, y nunca se le probó que hubiese estado en el asesinato de Moro. Desde otros puntos de vista, también se publicaron escritos sobre el tema de Albino Gómez, José Ignacio López, José María Poirier y Gianni Vattimo, entre otros especialistas en cuestiones de la Iglesia Católica.