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Panorama // Gates y la victoria en Irak

El conflicto pasa al eje Afganistán-Pakistán

La ratificación de Robert Gates como secretario de Defensa fija las líneas esenciales de la estrategia global del presidente electo Barack Obama, fundada en un diagnóstico definido sobre la situación en Medio Oriente y el traslado del eje del conflicto mundial con Al Qaeda y las redes del fundamentalismo islámico volcado al terrorismo.

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La ratificación de Robert Gates como secretario de Defensa fija las líneas esenciales de la estrategia global del presidente electo Barack Obama, fundada en un diagnóstico definido sobre la situación en Medio Oriente y el traslado del eje del conflicto mundial con Al Qaeda y las redes del fundamentalismo islámico volcado al terrorismo. El punto de partida de la visión global de Obama es el reconocimiento de una victoria estratégica de los Estados Unidos en Irak, provocada por el fortalecimiento de las fuerzas norteamericanas resuelto por el presidente George W. Bush en enero de 2007.
Entonces, el contingente estadounidense fue aumentado en 30.000 hombres (cinco brigadas del ejército y tres regimientos de marines), y puesto al servicio de una nueva estrategia ejecutada por el general David Petraeus, con tres características: las tropas permanecieron entre la población civil de las áreas más conflictivas, ante todo Bagdad; luego, se desplegaron en todo Irak, no sólo para perseguir a Al Qaeda, sino también para combatir a las organizaciones criminales y las milicias extremistas, tanto chiitas como su-nnitas; por último, fue decisivo el giro de ciertos sectores de la población iraquí, que enfrentaron a Al Qaeda con armas en la mano.
Esta semana, el Parlamento iraquí aprobó por una aplastante mayoría (149 a 35) el acuerdo de seguridad con Estados Unidos, que legitima la presencia de las fuerzas norteamericanas más allá del mandato de Naciones Unidas –otorgado en 2003 y que vence el 01/01/2009–, fija un calendario de retiro de ciudades y pueblos para el 30 de junio de 2009 y establece como fecha límite el 31 de enero de 2011 en el conjunto del país. El acuerdo tiene como correlato el hecho de que las fuerzas iraquíes controlan ya en forma autónoma la mayor parte del territorio, incluyendo Bagdad.
“Este es el día de nuestra soberanía”, afirmó en el Parlamento el primer ministro Nuri Kamal al-Maliki. “Muestra a un Irak con su democracia fortalecida y crecientemente capaz de otorgarse seguridad”, agregó en un comunicado la Casa Blanca. El Parlamento también votó una resolución que reclama la inmediata sanción de una ley de amnistía, que permita la liberación de miles de detenidos –fundamentalmente sunnitas– por haber participado de las fuerzas insurgentes contra la ocupación norteamericana después de 2003.
En los últimos cinco meses, ha terminado en Irak la fase de los combates; y prácticamente ha cesado la resistencia organizada de Al Qaeda y la insurgencia sunnita. Este acontecimiento histórico, de trascendencia mundial, es responsabilidad directa del secretario de Defensa, Robert Gates, y del comandante del “Surge”, general Petraeus, ahora titular del Comando Central del Pentágono (Centcom), y como tal, jefe de las fuerzas norteamericanas en Medio Oriente, Egipto y Asia Central (Afganistán y Pakistán).
Dijo Gates, al poner en funciones a Petraeus en Tampa, Florida, en octubre, tras ser confirmado casi unánimemente por el Senado (98 a 2): “Es difícil encontrar mucho más para decir acerca del general David Petraeus. La historia lo juzgará como uno de los grandes capitanes de combate de los Estados Unidos. Es el más preeminente soldado, académico y estadista de su generación. Bajo su liderazgo, nuestras tropas han infligido un golpe tremendo a nuestros enemigos en Irak. Ahora, Petraeus pondrá la mira en nuestros adversarios de
Afganistán, el Golfo Pérsico y Asia Central”.
La victoria estadounidense en Irak traslada el eje del conflicto de Medio Oriente a la línea Afganistán-Pakistán. “Irak es ahora una acción de retaguardia de parte de Al Qaeda”, señaló el general James Conway, jefe del Cuerpo de Marines y miembro de la Junta de Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. “Al Qaeda ha cambiado su foco estratégico, no en dirección a Afganistán, sino hacia Pakistán, porque este país es el lugar más cercano en donde existe un nexo entre terrorismo y armas nucleares”, agregó.
Al nuevo eje del conflicto mundial (Pakistán/Afganistán), se ha sumado ahora India. Durante tres días, la acción terrorista de más de 10 grupos operativos altamente entrenados paralizó Bombay –capital financiera y comercial de India–, ocasionando más
de 150 muertos y centenares de heridos.
Parece altamente probable que los grupos terroristas que azotaron Bombay tengan raíces internas, surgidas en la comunidad islámica india (120 millones de personas, 14% de la población). Sería un caso semejante al de Gran Bretaña, en que el terrorismo que paralizó Londres en mayo de 2005 fue ejecutado por ciudadanos británicos de una o dos generaciones.