La Secretaría de Comercio promulgó recientemente la Resolución 253/2020 que establece que todos los libros que sean comercializados en el país, ya sean impresos localmente o importados, deben contar con una certificación que controle que sus contenidos de metales pesados estén por debajo de un estándar establecido.
Inmediatamente, los medios se hicieron eco de la noticia titulando que el Gobierno prohibió las importaciones de libros, lo cual es falso. Un control no es una prohibición.
Más aún, esta norma es universal. Es decir, todos los productos gráficos deben cumplirla, desde envases de alimentos y medicamentos hasta todo tipo de impresos.
Los libros eran, hasta hace unos días, la excepción a la norma por un simple criterio arbitrario.
Existe en el imaginario argentino la idea de que debemos mirar a las grandes potencias y seguir su ejemplo para ser parte del primer mundo.
Hoy en día, ese primer mundo se encuentra debatiendo la importancia del cuidado del medio ambiente a través de procesos productivos sustentables, para legar a nuestras futuras generaciones un mundo habitable.
Criticar la norma mencionada es anteponer el corto plazo, es priorizar la rentabilidad por sobre el futuro.
Actualmente, los desechos son un problema a escala mundial.
Desde la perspectiva ecológica, consumimos productos que no son biodegradables, o bien generamos toneladas de desperdicios que no pueden ser procesadas en tiempos adecuados.
Sobre este segundo caso en particular, es donde la industria gráfica debe ser responsable; ya que las deposiciones de cualquier producto impreso que no esté regulado puede contaminar las placas subterráneas, si su contenido de metales pesados supera el umbral determinado por la norma técnica, amparada en estudios internacionales.
Como sociedad debemos asumir que todo objetivo confiere un compromiso. El cuidado del medio ambiente no puede estar por debajo de intereses económicos y, para ello, la sustentabilidad de la industria requiere controles, tal como se realizan en los países que usualmente tomamos como ejemplos.
*Empresario de la industria gráfica.