En principio, hubo preselección de candidatos para las elecciones de octubre con una primera minoría del FpV y aliados con el 28% de los votos a 13 puntos de la segunda minoría.
Nada mal tras una década de gobierno, como veremos una de las brechas más importantes entre primera y segunda minoría para elecciones de medio mandato, si se repitiera el resultado en octubre dentro de larguísimos setenta días.
La tercera fuerza nacional resulta el Frente Renovador que desplaza del escenario nacional al PRO, fuerza derrotada en las PASO que, reducida a su distrito de origen y poco más en Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, con menos de diez puntos nacionales, parece ya no ser alternativa de reordenamiento de la oferta de centroderecha conservadora a nivel nacional, desplazado como está Mauricio Macri por el nuevo emergente Sergio Massa del espacio, que ensayará incluso una modalidad de organización y discurso populista a su espacio.
Otra de las claves de la elección, a nivel bonaerense, resulta la pobre performance del FpV en la tercera sección electoral, en particular en distritos populosos que no respondieron a las expectativas esperadas, obteniendo en el interior provincial el 26% de los votos igual que en el año 2009, mientras en el Conurbano, 32%, contra el 36% de 2009, pérdida de electores con vértice en el segundo cordón bonaerense.
Sin embargo, más allá de la pérdida relativa de votos comparados con el año 2009, la lectura nacional muestra una notable fortaleza del oficialismo respecto a la oposición tras las PASO.
Estas son las brechas entre primera y segunda minoría –sin aliados– en elecciones de medio mandato desde el año 1983 a la fecha.
Como se observa, la del año 2013, configurada tras las recientes PASO, –aún falta la elección real en octubre– resulta la segunda más amplia de los oficialismos ganadores de medio mandato, con una diferencia de 12,8 puntos entre fuerzas, inmediatamente posterior al récord del año 2005, donde el FpV triunfante marcó una brecha de 21 puntos .
Por otra parte, si analizamos la proyección parlamentaria de las PASO, la situación del FpV es de gran fortaleza.
En efecto, en estas elecciones legislativas, el Frente para la Victoria (FpV) compite con una enorme ventaja: de las 127 bancas que se pondrán en juego este año en la Cámara de Diputados, sólo 34 pertenecen al oficialismo. Esto es así porque los escaños que se renuevan corresponden a los del mandato que se inició en 2009, cuando el kirchnerismo sufrió su peor derrota y sumó a sus filas a muy pocos diputados.
La oposición, en cambio, afrontará el desafío mayor: en octubre pondrá en juego nada menos que ochenta de las 122 bancas que hoy suman todos los bloques no kirchneristas en la Cámara baja. En pocas palabras, el resultado de los próximos comicios deberían ser milagrosos si pretende recuperar las bancas que apuesta. Para peor, proviene de una mala elección en 2011, que no le aportó demasiados escaños.
En la actualidad, el oficialismo domina la Cámara baja con 112 diputados propios y otros 23 aliados, los que juntos suman 135 (el quórum es de 129). Los bloques aliados ponen en juego este año 13 bancas.
A partir de estas cifras se pueden extraer algunas conclusiones preliminares, con vistas a las próximas elecciones, según lo ocurrido en las PASO. La simulación del impacto parlamentario de lo ayer sucedido se muestra en la apertura. De las 34 bancas que el FpV pone en juego, de repetirse los resultados en octubre, obtendría 39, esto es cinco más que compensarán las pérdidas de los aliados.
En la Cámara alta no se registran novedades de importancia que varíe la actual composición de mayorías y minorías.
En síntesis, un resultado que mantiene la condición de primera minoría del FpV a una distancia notable de la segunda fuerza, que constituye la segunda brecha de oficialismos triunfantes en elecciones de medio mandato desde la recuperación democrática y una proyección parlamentaria que no altera las mayorías en ambas cámaras.
Sí existe un drenaje de votos en segmentos vulnerables, que como tendencia general está aumentada respecto al año 2009, a pesar del contexto socioeconómico mejorado.
*Director de Consultora Equis.