El juego político nacional se ha transformado en una trampa cazabobos. Se trata de ver quién es el que comete mayores errores. En un esquema de doble negatividad: Venezuela, la caída de la actividad industrial, la presentación de un libro, una elección provincial o el aumento del riesgo país pueden ser tópicos que muestren la propensión del otro a cometer errores o exponer fracasos con consecuencias electorales.
‘Games of Thrones’. En un juego de esta naturaleza, quien está expuesto en mayor medida a dar pasos en falso es el Gobierno, como pasa en general con los oficialismos. No es posible esquivar la responsabilidad que tiene el Ejecutivo en cada toma de decisiones que traen consecuencias en millones de personas, quienes ni siquiera se enteran sobre cómo se llevaron adelante. Un ejemplo candente es que gran parte de la lista de los productos “esenciales” parece realizada por alguien que jamás consume ese tipo de productos. Sin ir más lejos, una experta en temas de los derechos de los consumidores expresó que los empresarios “pusieron lo que les sobraba”.
Sin embargo, muchos dirigentes de Cambiemos, lejos de explicitar sus políticas y sus razones, tienen la rara “habilidad” de presentarse como comentaristas de lo que sucede.
Como un ejemplo, el secretario de Ambiente, Sergio Bergman, ilustró en el programa Polémica en el bar que el verdadero problema del país es que la sociedad es poco madura. Los propios panelistas atinaron a señalar que no puede compararse la responsabilidad del Gobierno con las actitudes de los ciudadanos comunes en el día a día pero, claro, todo el comentario “político” quedó entre las risas de un programa de entretenimiento. Es allí cuando se desnuda el entramado de un Gobierno cuya conformación desde el vamos estuvo constituida por personas que provenían de empresas a las que ahora tenían que regular, combinada con otras personas con escasos conocimientos para enfrentar las complejas tareas que exige un Estado moderno en una sociedad altamente conflictiva como la argentina.
Narcisismo primario y elecciones
También se espera, lejos de plantear debates abiertos sobre cómo solucionar problemas de la gravedad de la inflación, la pobreza estructural, la inseguridad rampante y la caída abrupta de la calidad de vida de los argentinos, que sectores radicalizados ligados al kirchnerismo (a veces impulsados por deseos de lucirse con su jefa) hagan planteos completamente extemporáneos y fomenten la idea de un futuro gobierno sediento de venganza. Estas cuestiones se transforman en discursos negativos verosímiles porque una de las características del gobierno K, sobre todo en sus últimos años, fue la soberbia de muchos de sus miembros, lo que lo impulsó a enroscarse en infinitas batallas simultáneas contra enemigos reales, pero también imaginarios y de dudosa relevancia. Sin embargo, palabra contra palabra, el Gobierno cuenta con sus medios aliados, de forma que comentarios polémicos de funcionarios de primera línea pasan desapercibidos, mientras que declaraciones de periféricos K ocupan lugares destacados. Gusten o no, son las reglas del juego. El pasado siempre presiona sobre el presente.
La era del T.E.G. Consciente de estos peligros, Cristina esquivó la “trampa del off side” el jueves, en la presentación de su libro en la Feria del Libro, aunque el marco claramente superaba con creces lo que suelen ser las presentaciones literarias normales, y logrando una virtual cadena nacional por el interés sobresaliente que generan sus acciones. El tono de la ex presidenta cabalgó con habilidad entre las referencias a la historia de la concreción del libro (con particular agradecimiento a Alberto Fernández), para avanzar en definiciones políticas de mayor envergadura. En uno de los pasajes más interesantes, abordó la cuestión de los planes sociales dando el ejemplo concreto de una persona humilde que realiza un gran esfuerzo para cumplir sus tareas en casas de familia, mientras otras personas tienen la posibilidad de acceder a beneficios estatales generando inequidades incluso entre los más pobres de la sociedad. El problema es serio. Ya se trata de millones de niños y jóvenes marginados que no han visto trabajar ni a sus padres ni a sus abuelos. Es una bomba de relojería con un fuerte tic-tac que el resto de la sociedad prefiere no oír. Finalmente, una presencia y una ausencia sobresalieron entre las miles de personas que se dieron cita en La Rural. El presente fue el empresario de medios Daniel Vila y el ausente fue el ex candidato a la presidencia Daniel Scioli. Son gestos que no pasaron desapercibidos.
Córdoba va. En la madrugada del lunes se va a conocer uno de los resultados más importantes hasta las PASO propiamente dichas.
Se trata de la elección por la gobernación de la provincia de Córdoba. Las encuestas no han dudado en este caso y se supone que el gobernador realizará una elección histórica con probabilidad de desplazar al bastión radical en la propia ciudad capital. Esta elección que, por supuesto, tiene condiciones propias de una contienda provincial, provocará, sin embargo, un efecto cascada en Cambiemos, que ha encontrado en Córdoba su bastión electoral, incluso por encima de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de la última milla donde el candidato Macri deberá resistir los embates internos para su relevo por alguna otra opción, justo cuando parece, momentáneamente, domar el potro irredento del dólar. Encima, la división de Cambiemos que allí se produjo marcará a fuego el futuro incierto de la marca. Por otra parte, cerca de Juan Schiaretti se esforzaron en los últimos días en desmentir los rumores sobre los problemas de salud del gobernador, quien podría tener un rol fundamental en la resolución de la paradoja peronista, según la cual la candidata que tendría la mayor inserción electoral no sería la apoyada por otros dirigentes del peronismo. ¿Podrá el contrato social de ciudadanía responsable convertirse en un polo atractivo para abrir una nueva era de acuerdos? Parece difícil, pero en Argentina hasta eso podría ser posible.
*Sociólogo (@cfdeangelis).