Uno de los principales funcionarios de la presidencia de Cristina Kirchner explicó seriamente: “Cuando en 2009 (por los resentimientos dejados por la guerra con el campo y la discusión por la Ley de Medios) estábamos en el pico de beligerancia, Clarín hizo la telenovela Tratame bien, ahora que estamos por volver al gobierno Canal 13 pone la telenovela que se llama Argentina, tierra de amor y venganza. Esta pequeña anécdota refleja el narcisismo primario que caracteriza al kirchnerismo: todo lo que pasa es por y para ellos, generándoles un sesgo paranoico que inevitablemente deriva en alguna forma de violencia justificada como legítima defensa.
Más allá de su nosología, sea narcisismo primario, megalomanía, sesgo paranoide o delirio de grandeza, todas las categorías conllevan una etiología similar: elegirse a sí mismo como objeto de amor. Y todas comparten sintomatología: sentimiento exagerado de grandiosidad que afecta la búsqueda de racionalidad.
Clarín hizo en 2009 Tratame Bien y en 2019 Argentina tierra de amor y venganza por el kirchnerismo."
La megalomanía narcisista es difícil de tratar porque quienes la tienen –generalmente– no la padecen y los incentivos de cambio son menores frente a la euforia que genera el aumento de la confianza en sí mismo. Ese frenesí irradiado a su contexto se retroalimenta generando sobrevaloración, tanto de los adherentes como de sus adversarios.
Que Cristina Kirchner aparezca en las encuestas con mayor intención de voto que Mauricio Macri no indica que ella tenga hoy mayores posibilidades de ser electa presidenta en el ballottage de noviembre, puede ganar en las PASO y el rechazo a su figura hacer crecer los votos en primera vuelta de su opositor.
Tampoco Macri tiene garantizado ser beneficiado con los votos de quienes teman el regreso de Cristina si ella gana las PASO. En un eventual resultado similar a 2015, cuando el kirchnerismo obtuvo el 38%, Cambiemos el 30% y la tercera vía el 20%, el voto útil, que en 2015 fue de Massa a Macri para derrotar a Scioli, en 2019 podría recorrer el camino inverso e ir del segundo al tercero. Si por ejemplo los tres más votados fueran Cristina, Macri y el espacio de Lavagna, en ese orden, y las encuestas mostraran que en un ballottage Macri perdiera contra Cristina pero Lavagna le ganara –como hoy están indicando las consultoras que se animan a esa conjetura–, no se podría descartar que votos de Macri cuya mayor motivación estuviera en el no regreso del kirchnerismo pasaran en bloque a Lavagna en forma de voto útil y terminara siendo el candidato de la tercera vía quien accediera al ballottage con Cristina.
A pesar de la fuerte corriente de un sector de Cambiemos para que Macri baje su candidatura y Vidal lo reemplace, el trío Macri, Marcos Peña (al jefe de Gabinete será el reportaje largo de la edición de mañana de PERFIL) y Jaime Duran Barba da por terminado cualquier análisis de esa posibilidad y reconfirman por enésima vez la candidatura presidencial de Macri.
Tiene buenos argumentos: la diferencia a favor de Vidal de 3 a 5 puntos más en un eventual ballottage, al ser tan pequeña, está dentro del margen de error estadístico y es evidencia insuficiente para un cambio que también tiene riesgos y podría generar efectos secundarios difíciles de evaluar a priori.
Distinta sería la situación si la economía volviera a hacer un pico de crisis devaluación/inflación que diera el tiro de gracia a la imagen de Macri. En ese caso sí se impondría la perspectiva de los radicales de ampliar Cambiemos o, mínimamente, de que Vidal y un radical fueran los candidatos de la fórmula presidencial. Pero de producirse una nueva corrida, y más fuerte que las anteriores, hay menos posibilidades de que suceda en las seis semanas que restan hasta el 22 de junio, cuando se oficializan las candidaturas, que en las 18 semanas entre el 22 de junio y la primera vuelta, el 27 de octubre. Y de suceder después del 22 de junio, Cambiemos ya no podría modificar la candidatura de Macri por Vidal, por ejemplo.
El mismo jueves que Cristina Kirchner presentó su libro en la Feria del Libro, una hora antes y en otra sala, estuve dando una charla sobre derechos de autor en representación de Adepa. Al salir de la Feria mientras Cristina exponía, no tuve la sensación de una cantidad de gente tan numerosa como parecía percibirse en las imágenes de televisión que luego vi. La avenida Sarmiento estaba cortada desde la Avenida del Libertador, a 300 metros del comienzo del edificio de la Rural, donde funcionó la Feria del Libro, pero los últimos 200 metros, a partir de la avenida Colombia, estaban vacíos. Nuevamente, no hay que confundir la capacidad de movilizar cinco mil personas con las que se colma el frente del predio de la Rural con una marea de votos imparable.
Dos reflexiones finales sobre el libro de Cristina. Acusó a la revista Noticias de confundir la bipolaridad de su hermana con la suya y de misoginia, especialmente por la tapa titulada “El goce de Cristina”. Recomiendo mucho la lectura de las repuestas que le dieron los editores de Noticias. Sobre la bipolaridad, el editor de Política Franco Lindner y autor de múltiples libros explica que no hubo ninguna confusión porque en la nota sobre el tema no solo se contaba que la hermana, Gisele, también padecía esa patología sino que generalmente era compartida por varios miembros de una familia por su alto componente hereditario, como parte del testimonio del psiquiatra Alejadro Lagomarsino, el mayor especialista en bipolaridad del país, quien confirmó a Cristina entre sus pacientes. Además de haberse hecho público tras su operación por el golpe en la cabeza que se le prescribió el estabilizador de ánimo Valcote, habitual en el tratamiento de bipolaridad (ver más en https://bit.ly/2W41XRj).
Lacan, en su tesis doctoral: el caso Aimée asocia cierto delirio de persecución con el narcisismo.
Y sobre la misoginia le respondió la editora ejecutiva de Noticias, Alejandra Daiha, en su propia condición de mujer, que “la violencia de género tiene como condición la disparidad de poder (...) y por aquellos días se nos recomendaba por cadena nacional temer solo a Dios y un poquito a ella”. Con ironía, Alejandra Daiha se pregunta: “¿Fue violencia de género la tapa de Macri en cuero embarazado, con los pantalones bajos travestido, o dándole un beso en la boca a Obama”, tapas más actuales de Noticias, y reflexiona sobre el goce (ver más en https://bit.ly/2Hbphnz). Creer que toda información sobre su presidencia que pudiera incomodarla es violencia de género también es egosintónico con ser LA mujer del país y su inmensa visión de sí misma.