COLUMNISTAS
ff.aa. y politizacion

El militarismo en la Argentina

default
default | Cedoc

En los albores del siglo XX Argentina fue un país próspero como los que con ella se poblaron con la gran migración: Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda. Los otros construyeron democracias estables que aseguraron el desarrollo económico, cosa que parecía que pasaría con Argentina cuando el presidente Sáenz Peña promulgó una ley electoral moderna y fueron elegidos Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear de la UCR. Con el golpe de Uriburu de 1928 empezó el desastre. En los siguientes 45  años Argentina tuvo trece dictadores militares, siete mandatarios condicionados por las fuerzas armadas, cinco presidentes provisionales y un solo civil elegido libremente, el Teniente General Juan Domingo Perón.

En cada etapa las Fuerzas Armadas proscribieron a distintos partidos, limitando o anulando al poder civil. Durante la “década infame” proscribieron a la UCR y le impidieron ganar con el “fraude patriótico”, hasta que en 1943 el Grupo de Oficiales Unidos instaló tres gobiernos militares sucesivos que gobernaron hasta la elección de Perón en 1946. El general fue derrocado  en 1955 por la “Revolución Libertadora” que contó con el apoyo de casi todos los partidos, desde el radicalismo y los demócratas hasta el Partido Comunista.

En 1958, proscrito el peronismo, fue elegido Arturo Frondizi de la UCR, víctima de 26 asonadas y 6 intentos de golpe de estado hasta que fue derrocado en 1962. Le sucedió como encargado José María Guido, otro radical que irritó a los uniformados cuando aprovechó un descuido para jurar como mandatario constitucional, pero después cumplió con todo lo que ellos quisieron. En 1963 con Frondizi preso y el peronismo proscrito fue elegido Arturo Illia de la UCR, derribado en 1966 por las FF.AA. con el apoyo de la UCR de Frondizi.

A fines de los 60 algunos creyeron que los militares serían la vanguardia del cambio. Los de de izquierda se entusiasmaron con Velasco Alvarado en Perú, Torrijos en Panamá, y Rodriguez Lara en Ecuador, los de derecha con la Revolución Argentina de Onganía, continuada por Levingston y Lanusse.

En su momento, todos los gobiernos militares de la región contaron con apoyo civil. No hay militares malos y civiles buenos. Recurrentemente los líderes civiles golpearon la puerta de los cuarteles y trataron de apoyarse en los militares. Muchos apoyaron el golpe de Videla argumentando que nada podía ser peor que el gobierno de Isabel, López Rega y las tres A, Galtieri tuvo el apoyo unánime de todos los partidos cuando intentó recuperar las Malvinas y el repudio unánime cuando fracasó. Quien sabe cómo habría sido su carrera política si tenía éxito en su intento. Ante la derrota, se desató una fobia anti militar que coincidió con una nueva etapa en la que que los Estados Unidos impusieron la democracia formal en la región. Desde los ochenta todos los países latinoamericanos maduraron súbitamente y eligieron a todos sus presidentes.

Cuando la presidenta Cristina Fernández anunció el nombramiento de un nuevo Jefe del Ejército que declaró su adhesión a su modelo político, algunos cuestionaron sus antecedentes personales, pero más allá de eso la democracia no depende de biografías sino de la solidez de sus instituciones. No debe existir un partido único destinado a gobernar, ni una institución militar que tenga banderías políticas que cambian en cada coyuntura, porque s una institución permanente que debe estar lejos de la lucha facciosa. La politización es mala para la institución militar, que cuando se convierte en partido, como en Venezuela y Nicaragua, se divide y enfrenta a la sociedad. Cuando es profesional, como en Colombia, México, los Estados Unidos y las democracias maduras, goza del respeto de todos los ciudadanos. ¿Será posible que los líderes de nuestros países no metan la mano en las fuerzas armadas y que los mandos militares respondan a la nación y no se inmiscuyan nunca más en la política? Mas allá de otras discusiones, personales o ideológicas, si queremos construir una democracia real debemos definirnos en torno estos temas.

*Profesor de la GWU.