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El mundo se prepara para homenajear a Italo Calvino en el centenario de su nacimiento

Nacido el 15 de octubre de 1923, en La Habana, Cuba, el escritor italiano incursionó en muchos géneros, y en todos ellos se desenvolvió bien. También fue editor, en la casa turinesa Einaudi, pero fue como novelista y cuentista que propició las mejores expresiones de la literatura italiana del siglo XX. Libros como “El barón rampante” y “Las ciudades invisibles” son conocidos, incluso, por quienes nunca los han leído. Murió en 1985, de un paro cardíaco.

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Calvino. A la izq., el libro que acaba de aparecer, He nacido en América. Al lado, el escritor italiano junto a su admirado Borges. | cedoc

Ante el centenario del escritor italiano Italo Calvino, recorremos algunas actividades con las que se lo recordará. En febrero pasado, durante la Feria del Libro de Taipei, el pabellón italiano presentó quince libros de Calvino traducidos al chino. Bajo el título Ciudades invisibles, la 34ª edición del Festival de Rávena se inspira en el escritor: “Pretexto para reflexionar sobre la naturaleza dual del organismo ciudad, a la vez emblema de la comunidad humana, cruce de culturas, espacio de intercambio y comparación”. La doble inauguración, el 7 y el 8 de junio, cuenta con la presencia de Laurie Anderson y de la pianista argentina Martha Argerich.

Con participación del gobierno italiano e instituciones culturales y universitarias, se destacan las siguientes propuestas: la exposición Eccellenze italiane. Figure per Italo Calvino, organizada por la Feria del Libro Infantil de Bologna. Calvino immaginario, exposición dirigida por Comicon, destinada a presentar cómics e ilustraciones originales. La muestra Calvino qui e altrove, creada por la Fundación Mondadori y el Laboratorio Calvino, itinerario visual sobre las tapas de libros de Calvino en las lenguas de traducción. También está prevista la puesta en escena de representaciones teatrales en colaboración con el Teatro dell’Opera de Roma y el laboratorio de teatro Atelier Sì de Bolonia.    

Resulta alarmante que el prestigioso suplemento cultural The New Yorker publique un artículo donde ofrece “tips” sobre la obra de Calvino para “citar sin haberlo leído y aparentar que sí”, firmado por Merve Emre bajo el título Los mundos de Ítalo Calvino, en versión web (la edición impresa del 6 de marzo lleva otro: Cosas maravillosas). Intercalando sus impresiones como asiduo visitante de librerías, este redactor explica –como en un resumen para examen elemental– aspectos básicos de libros como Las ciudades invisibles o El castillo de los destinos cruzados, sumando datos biográficos y opiniones del autor; el tono es un guiño para dar buena impresión a interlocutores ocasionales. Extraña evocación de una obra literaria como si se tratara de cosmética intelectual.

El 2023 será el año de Italo Calvino

En contraste a semejante banalización, Ediciones Siruela acaba de publicar He nacido en América. Entrevistas (1951-1985), donde Calvino reflexiona sobre el futuro de la novela en 1951 con aliento predictivo: “Pienso que debemos hacer una indagación moral profunda de nuestra relación con la realidad, algo que vincule nuestra escritura con el rigor incuestionable de la verdad, con una necesidad impostergable. De nuevo, es cierto que nuestra conciencia no puede escapar a los pensamientos que nos asedian estrechamente: guerra, hambre, vigilancia. No van a desaparecer de nuestras páginas hasta que desaparezcan de la faz de la tierra”.

Pero el homenaje que atrapa la esencia lúcida de Calvino ocurre en otro lugar; como un juego de palabras, resulta minimalista a la vez expansivo. Kasa dei Libri es una librería ubicada en tres pisos de un edificio del barrio Gioia, en Milán. Con 35 mil ejemplares, abarca el siglo XX entre literatura italiana y extranjera, poesía y libros antiguos. Allí, en una zona amplia y específica, Andrea Kerbaker, escritora, coleccionista y propietaria del espacio, montó una exposición en honor a Italo Calvino. La sala evoca a un jardín botánico donde asoma el muñeco de Cosimo Piovasco di Rondò, protagonista de El barón rampante, entre trescientas publicaciones de Calvino, como libretos de ópera, textos de crítica, cuentos de hadas y películas basadas en best sellers. Objetos que tal vez provoquen en algún visitante infantil la inefable curiosidad lectora, o la pasión por la escritura.