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El negocio yanqui de la guerra y el petróleo

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Protestas. Maduro argumenta que la crisis se debe al sabotaje de la derecha y a EE.UU. | AFP
Si bien el nefasto gobierno de Hugo Chávez se sostuvo en sus últimos años gracias al apoyo de China, Rusia, Irán y el personal represivo cubano; lo cierto es que ninguno de estos países ha hecho tanto por la revolución bolivariana como Estados Unidos. Al lector ignorante de este tema podrá sorprenderlo esta afirmación, sobre todo después de haber leído en los diarios que Trump amenaza con una intervención militar en este bello país caribeño. Pero sólo hace falta unas pocas líneas para entender porqué el poderoso imperio del Norte es el principal sostén de Maduro y la mafia narcomilitar que gobierna Venezuela y cómo el Krusty de carne y hueso que preside EE.UU. podría acabar fácilmente con Maduro y su banda si realmente lo deseara.

Como todos hemos leído y escuchado hasta el hartazgo, Venezuela tiene las más grandes reservas de petróleo del mundo. Actualmente esta afirmación está en discusión. Pero, además, el petróleo de Venezuela es sumamente pesado, por lo que es de los más baratos del mercado ya que necesita una gran inversión en refinación. Lo cierto es que antes del chavismo, el país exportaba principalmente petróleo, pero también otras commodities y productos de la industria petroquímica. Además, se autoabastecía en algunos alimentos básicos para la dieta del venezolano, como arroz, harina de maíz, café y caraotas (porotos negros). Después de más de 18 años de revolución bolivariana, Venezuela sólo exporta petróleo e importa arroz, harina de maíz, caraotas y papel higiénico, entre muchas otras cosas.
También hay que aclarar que Venezuela importa gasolina, porque el refinamiento se hace mayormente en el exterior.

Absurdamente, hay gente que cree que Chávez nacionalizó el petróleo. El petróleo fue nacionalizado en 1973 por el presidente Carlos Andrés Pérez, a quien Chávez responsabilizó siempre de todos los males que aquejaban por entonces a una de las democracias más estables del mundo –males que a la vista de lo que ha provocado el chavismo, lucen nimios–. El ministro de energía de CAP se llamó Juan Pablo Pérez Alfonso y fue el creador y fundador de la OPEP –el único organismo del tercer mundo que realmente tuvo poder para enfrentarse a las grandes multinacionales del primer mundo– (entre ellas la que fue presidida por el actual secretario de Estado de Trump). Lamentablemente, la mayoría de los venezolanos creyó ciegamente en todo lo que decía Chávez, no sólo las masas ignorantes –que en Venezuela son abundantes– sino también los jóvenes universitarios de entonces y especialmente toda la izquierda dogmática e iletrada. Pérez creó la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que llegó a ser una de las empresas más grandes del mundo. Chávez la destruyó, al echar a miles de profesionales –muchos de ellos considerados entre los mayores expertos de la industria petrolera mundial– y al vaciarla financieramente para comprar voluntades.

Debido a que Pdvsa se quedó sin personal calificado y también debido a la ineptitud de los funcionarios de su gobierno, Chávez se vio en la necesidad de licitar para la explotación la casi totalidad de los campos petrolíferos, los que desde hace años son gerenciados por empresas extranjeras. Por supuesto que las petroleras chinas y Rosneft (Rusia) aprovecharon para quedarse con varios campos. Pero también lo hicieron British Petroleum, Shell, Chevron, entre otras. Y una empresa que gracias al chavismo realiza grandes negocios petroleros en Venezuela es Halliburton,  El dueño de Halliburton es Dick Chenney, quien fuera secretario de Estado de George Bush y vicepresidente de George W. Bush. Chenney dirigió la ocupación de Irak, por lo que puede ser calificado como uno de los mayores criminales de la historia.

Las exportaciones de petróleo –prácticamente el único sustento actual del Estado venezolano– van dirigidas casi en su totalidad a China y Estados Unidos. China no paga nada por el petróleo venezolano ya que lo descuenta de una gigantesca deuda de más de 40 mil millones de dólares que asumió Chávez (el último préstamo de 12 mil millones sirvió para financiar su última campaña electoral cuando ya se sabía que tenía un cáncer terminal). De esto se deduce que los únicos ingresos que obtiene actualmente el gobierno venezolano provienen de Estados Unidos, que por otra parte se autoabastece de petróleo gracias a la industria del shale oil, también conocida como fracking.

Si Estados Unidos aplicara a Venezuela las mismas sanciones económicas que aplicó a Irán antes del acuerdo nuclear, el gobierno de Maduro y Cabello se desmoronaría en cuestión de días. Sin embargo, Trump opta por amenazar militarmente a Venezuela, dándole validez al único argumento que le queda actualmente a Maduro, el de que la crisis venezolana se debe al sabotaje de la derecha internacional y Estados Unidos.