Falleció José Moskovits Z’L (bendita sea su memoria). El pasado 30 de noviembre de 2014 se fue un luchador tenaz, incansable, generoso
y valiente.
Fue vicepresidente de la Federación Mundial de Combatientes Judíos y Prisioneros de Campos, participó en la resistencia judía durante la Shoá y combatió en la Guerra de la Independencia de Israel en 1948 en la legendaria Brigada Golani. Miembro fundador de Sherit Hapleitá, la Asociación Israelita de Sobrevivientes de la Persecución Nazi en la Argentina en la década del sesenta y en el contexto de la Guerra de los Seis Días y más tarde, instó a que los sobrevivientes salieran a la calle a manifestarse en apoyo al Estado de Israel.
Nacido en Hungría, su vida y su trabajo tuvieron como eje la reivindicación de lo sufrido por el pueblo judío durante el Holocausto.
Alemania promulgó en 1953 la ley llamada del Wiedergutmachung que acordaba pagar a los sobrevivientes directos del Holocausto una compensación económica. El estudio de José Moskovits se dedicó de lleno a gestionar y conseguir esas reparaciones que se les debían a las víctimas sobrevivientes por lo sufrido y perdido. Su tenacidad y la determinación de su esposa, Halina, les abrieron las puertas de los tribunales alemanes, y ante cada negativa, ante cada dificultad oponía sesudas e inteligentes apelaciones que muchas veces conducían al éxito. Los sobrevivientes acudían a su oficina, contaban sus historias y daban los elementos que luego permitirían llevar adelante las acciones judiciales. Aportaban, además de sus relatos, anécdotas y detalles personales, documentación original probatoria que, junto a lo que el mismo José recolectaba, se transformó en un tesoro documental de libros, registros y testimonios que donó en vida al IWO, Instituto Científico Judío; gran parte de este material fue digitalizado por el Museo del Holocausto de Washington.
Durante la dictadura militar argentina recibió a muchos padres que buscaban a sus hijos y le pedían ayuda. Cuenta Eva Eisenstaed, su colaboradora de tanto años, que José recordaba con orgullo la visita de Emilio Mignone penando por la desaparición de su hija Mónica. En su lucha por la Justicia y los Derechos Humanos, colaboró en la búsqueda y detención de criminales nazis escondidos en la Argentina y en 2005 organizó desde Sherit Hapleitá un acto por la víctimas del terrorismo de Estado. Instauró en la Argentina la conmemoración de la Victoria Aliada contra el nazismo el 8 de mayo y cuando advirtió que la edad y condición de los sobrevivientes menguaba su fuerza invitó a los más jóvenes Generaciones de la Shoá, a continuar su labor.
Sobrevivió pocos meses la pérdida de su compañera de toda la vida, Halina, su sostén y mano derecha, quien falleció en abril. José quedó triste, manco y desanimado. Con él se fue, como él mismo decía, el último de los mohicanos. Quedan sus hijos, Verónica y Víctor, ambos nombres comienzan con V simbolizando la victoria frente al intento de exterminio del nazismo, y sus nietos, Kala y Tomás y todos los que lo hemos conocido, apreciado y valorado. Honraremos su memoria, seguiremos con su lucha y celebraremos el misterio y la fortaleza de la vida.
*Presidenta de Generaciones de la Shoá en Argentina.