Javier Milei cambió su estilo de manera abrupta al salir ubicado en el segundo lugar, en la primera vuelta de la última contienda electoral. Hacía pocos días había manifestado que “decirle a los argentinos que se queden en pesos es condenarlos a la más absoluta pobreza. Es destruirle los ahorros”. En este delicado momento de la economía, como era de esperar, se presumió que sus palabras desencadenaron las corridas ocurridas. Milei tenía hasta el momento, como costumbre de campaña, intentar generar anomia bajo la forma de un discurso disruptivo y plebeyo. Esta vez, consiguió un golpe de efecto significativo al lograr hacer intervenir en el asunto, incluso al Presidente, –cabeza del Poder Ejecutivo–, porque éste hizo al respecto una presentación en el Poder Judicial. Mientras, la población en la zozobra, “obedecía” al candidato presidencial haciendo cola en las casas de cambio.
Horas después del resultado electoral, el candidato a Presidente por La Libertad Avanza, cambió de actitud y salió a la caza de votos. Dejó de lado su ataque de costumbre a los políticos, a la “casta” como suele denominarla y, por el contrario, a horas de conocido el resultado de los comicios, comenzó a actuar como un político profesional weberiano, integrado a la clase política. Trató de buscar alianzas, tanto en las lejanas viñas de la izquierda y como en las más cercanas de Patricia Bullrich, con la que coincide, por ejemplo, en lo relativo a las formas con las que encararían las políticas de seguridad. Tratando de este modo de dar algunos pasos en la conformación de un frente de derecha, capitalizando la baja performance de Juntos por Cambio en primera vuelta, para que apoye la superación de la derrota electoral en primera vuelta de La Libertad Avanza.
La derecha en la Argentina, en lo que respecta a resultados electorales, tiene números significativos que, más allá incluso de los resultados electorales, está en condiciones de marcar los temas de la agenda política. Un crecimiento que, además, la ubica en la tendencia de las democracias liberales de Occidente. Javier Milei mantiene relaciones con referentes importantes de la ultraderecha como el VOX de España, Hermanos de Italia y el Partido Liberal de Brasil.
En la Argentina, hay aunque mínimo, un núcleo social procesista, que de algún modo añora los tiempos de la dictadura y ligado a esto, la causa de los derechos humanos, nunca ha sido popular. Así el discurso de la derecha de Javier Milei, levanta adhesión también por este lado. No por “falta de memoria” sino por la memoria que encuentra expresión política, apoyada sobre otra versión de los acontecimientos del pasado. En tal sentido, las últimas declaraciones de la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villarroel, coherente en su discurso con el sector que representa, también después del último resultado, buscó votos. Pero en su caso, se mantuvo fiel a su estilo y a su línea argumental. Villarroel, se expresó una vez más contra los juicios a la última dictadura, caracterizando en este caso a la película Argentina, 1983 como “prototerrorista”. Declaración que acompañó con juicios xenófobos a propósito de la banda coreana BTS.
La izquierda, mantiene su perfil socialdemócrata.
La presencia de fuerzas de derecha en la disputa electoral, sumada a la reconfiguración de liderazgos que se alcanza a ver en el peronismo, el contexto de la crisis económica en la que se vive y la incertidumbre sobre el resultado electoral de la segunda vuelta, nos dan la pauta de que estamos viviendo un cambio de época.
*Sociólogo. Profesor Titular Regular Plenario de Sociología General. FSOC. IIGG. UBA. Flacso.
