Con el calendario ya fijado, el equipo en alza y un clima notoriamente más calmo, San Lorenzo aceleró esta semana una carrera electoral que terminará el sábado 17 de diciembre, el día en que el pueblo azulgrana volverá a votar luego del gobierno fallido de Marcelo Tinelli, curiosamente el más votado de la historia. La nueva gestión festejará su triunfo horas antes de la final del Mundial, algo que podría condicionar los términos y condiciones de una elección anticipada (el mandato era hasta diciembre de 2023), reclamada desde el mismo momento en que el conductor televisivo pidió licencia de su cargo, en mayo de 2021, apenas 17 meses después de que arrasara con el 80% de los votos.
La salida de Tinelli y todo lo que ocurrió después generó una fragilidad institucional y política difícil de reconstruir. Este mapa dividido en mil partes es solo una de las consecuencias. Todo es tan volátil que nadie sabe con certeza cuántos espacios competirán por quedarse con la conducción del club.
La salida de Tinelli y todo lo que ocurrió después generó una fragilidad institucional y política difícil de reconstruir
César Francis (Volver a San Lorenzo) fue el primero que se lanzó, casi a la par de su reclamo –desde su rol como vocal por la oposición– para que adelantaran los comicios a octubre, así quien asuma podía afrontar un nuevo mercado de pases con el margen que implicaba el receso por el Mundial de Qatar 2022.
Francis tiene una batería de medidas en mente si logra imponerse en lo que será su tercer intento presidencial. El abogado promete una auditoría, revisión de pasivos y deuda exigible, transparentar los contratos y profundizar una serie de reuniones con empresarios para poner en valor la marca San Lorenzo y encontrarle un sponsor a la construcción del estadio en Avenida La Plata.
Pero Francis no es el único lanzado. Ayer, el frente de agrupaciones que se nuclea bajo el sello de Siempre San Lorenzo y lleva al abogado Sebastián Pareja anunció formalmente su candidatura. Sucedió en el histórico bar Homero Manzi, de San Juan y Boedo, un punto de encuentro que vincula a casi todos los espacios que quieren materializar un sueño inconcluso: construir un nuevo estadio y volver a jugar en Avenida La Plata.
El otro candidato que formalizó intenciones fue Marcelo Moretti (Boedo en Acción), quien el jueves desplegó afiches en más de 90 puntos de la Ciudad de Buenos Aires con un título/consigna: “San Lorenzo tiene futuro”. Moretti reunió a algunos empresarios de peso –Darío Coronel, CEO de Disney, y Néstor Navarro, del rubro frigorífico– y cuenta con el apoyo del expresidente Fernando Miele, una persona que genera amores y odios dentro del club, al punto de que la Asamblea le quitó su condición de socio por supuestas irregularidades durante su gestión, entre 1986 y 2001.
No es la primera vez que Moretti se presentará como candidato: en 2010 salió tercero en la elección que ganó Carlos Abdo, quien no pudo completar su gestión por una crisis que, como en este tiempo, fue múltiple: institucional, deportiva y económica.
Junto a Abdo arribó Sergio Constantino, en aquel tiempo subintendente y quien ahora podría ser el candidato de un oficialismo herido, con Tinelli afuera y Matías Lammens en retirada. La otra opción oficialista posible es Miguel Mastrosimone, actual secretario.
Hay un espacio liderado por CEOs y gerentes, y otro que tiene una premisa: que no hay empresarios en la comisión directiva
Casi de repente, el empresario arrocero Cipriano Pommies y Diego Mejuto, exgerente de Glencore, asomaron en un nuevo espacio nacido en oficinas de multinacionales. No está claro si su objetivo es presentar una lista propia o integrarse a una posible coalición.
Del lado opuesto se ubica Soñar Boedo, una agrupación que se escindió de Siempre San Lorenzo y se dirime entre la postulación en soledad o formar alguna alianza. “No queremos ningún empresario en la mesa de comisión directiva. Esa es la base de nuestra agrupación: ya vimos lo que le han hecho al club”, postula Christian Mera.
Con tres candidatos ya lanzados, un oficialismo sin una decisión anunciada, espacios nuevos y atomizados y encuestas que circulan con algún tipo de sesgo, San Lorenzo repartirá lo que queda del año entre la adhesión que genera Rubén Insúa y un escenario electoral imprevisible, que recién en diciembre empezará a aclararse.