ENM33: Bien por poner en tapa del domingo el Encuentro Nacional de Mujeres de Trelew. Una ciudad tomada por mujeres, la más austral, la más pequeña en la historia de los Encuentros, parece haber generado temor en las autoridades. Florencia Alcaraz nos cuenta la "construcción del sujeto peligroso": fila aparte en el aeropuerto para revisar antecedentes penales de las asistentes.
Una novedad hermosa: el Encuentro Nacional se declara Plurinacional en territorio ancestral con multitudinario taller de Mujeres por la Libre Determinación de los Pueblos.
Y, lo sabemos ahora, su marcha retoma una forma de feminidad subalternizada como son las travestis y mujeres trans, para encolumnarse tras la consigna "Basta de travesticidios y transfemicidios" recordando a Diana Sacayán, activista travesti asesinada mientras transcurría el ENM 2015. Muy lejos de cuando se discutía si las travestis y mujeres trans podrían entrar a los Encuentros, en una serie de pluralidades superpuestas de género, clase, etnia, corporalidades y deseos.
Entusiasmada por tanta diversidad, qué arrogantes y abstractas me parecieron las respuestas de Catherine Millet a las preguntas de Pola Oloixarac. Más preocupada por la polémica norte-norte entre el #MeToo norteamericano acusado de puritanismo y la afirmación francesa sobre el verdadero feminismo que todavía provoca escándalo con la liberación sexual, atribuye a la relación entre varones y mujeres una posición filosófica: “Siempre habrá en un hombre algo que no entiendo de él y que él no entiende de mí. Una historia de amor es nuestra pequeña tentativa para reducir esa grieta”. Lo mismo se aplica al "entre mujeres": las feministas lo llamamos "sororidad", y no es para ignorar a los varones sino para protegernos del patriarcado.
Deportes mixtos: La cobertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud el fin de semana tuvo figuras femeninas y masculinas en tapa y en el suplemento Deportes.
Los JOJ, a diferencia de los tradicionales, incluyen deportes mixtos y han tenido paridad en las representaciones. Así, las normas institucionales resultan en una mayor visibilidad y en protagonismos más diversos, que son también reflejados por la prensa. Un ejemplo a seguir.
Casi 60 mil personas participaron del Encuentro Nacional en la provincia de Chubut
Arbitrio femenino: En su columna del sábado 13, Roberto García critica que Carrió le exija a Cambiemos "que se someta a su arbitrio femenino". ¿Qué le agrega la palabra “femenino” a la ya de por sí objetable pretensión de que un frente político pretendidamente plural se someta al arbitrio de uno de sus miembros, aun el más destacado, aun el Presidente?
García compara esta actitud escandalosa con la moderación del radicalismo, partido de grandes mujeres que no se destaca precisamente por promoverlas en su estructura. “Arbitrio femenino” resuena al aria de Rigoletto de Verdi “La donna e mobile / qual piuma al vento / muta d’accento / e di pensiero” (la mujer es voluble como una pluma al viento, cambia de palabra y de pensamiento).
Es más fácil rotular las demandas enumeradas por García de caprichosas y femeninas que buscar su factor común en la ética pública y (mucho más) resolverlas en el diálogo político.
Escuché en muchos dirigentes comentarios aparentemente resignados, como la melancólica frase de Sigmund Freud: "Una sola cosa no he podido responderme, y esa es ¿qué quiere una mujer?". La respuesta puede ser inquietante, sobre todo si se pretende contestarnos con las oxidadas estructuras conceptuales de siempre. No porque las mujeres queramos algo distinto a los varones, sino porque no queremos todas lo mismo.
No hay "la mujer". Como no hay un “femenino” vinculado a “arbitrio” que no sea un mero llamado al disciplinamiento y al silencio.