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Envidia a Macri

Semblanza sobre las tempranas vacaciones del presidente Mauricio Macri en momentos de graves inundaciones.

Además de la pareja, estarán amigos del Newman.
| Cedoc

“La envidia al atacar la más temprana de las relaciones –aquella que tenemos con la madre– es uno de los factores más poderosos de socavamiento, desde su raíz, de los sentimientos de amor y gratitud.”

(Melanie Klein Envidia y gratitud)

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Algunos le envidian a Macri el dinero. Otros, la mujer. Y los más ambiciosos le envidian el padre. “El éxito es elegir bien a los padres”, dice un proverbio que relativiza todos los merecimientos. Hasta haberse esforzado para conseguir determinados logros, ya que la predisposición al esfuerzo depende de los genes que se recibieron además de la educación que a uno le brindaron, como se describe en la llamada “posición originaria” al nacer dentro de la Teoría de la Justicia, de John Rawls.

Pero Macri ni siquiera parece una persona que tuvo que esforzarse para conseguir su éxito. Irse de vacaciones diez días a dos semanas de haber asumido es la mejor síntesis de su relación con el esfuerzo. Sus vacaciones en este momento son tan sorprendentes que hay analistas que las atribuyen a un mensaje premeditado de calma y tranquilidad desde el poder, como si dijera: “Está todo muy bien, no tengan miedo, sigan consumiendo, no va a haber ningún ajuste”.

Y aunque así fuera, sorprendía (hasta ayer) la diferente tolerancia social y mediática con las vacaciones de Macri en medio de las mayores inundaciones en cincuenta años en varias provincias frente a las críticas que recibió Scioli cuando se fue a Italia durante las inundaciones en la provincia de Buenos Aires.

Tampoco resulta verosímil que se haya tomado vacaciones a dos semanas de asumir como una forma de desangustiar a la sociedad. Macri tiene fama de ausentarse recurrentemente, al punto que la revista Noticias otro fin de año, el de 2006, hizo una tapa de Macri titulada “El candidato haragán”, porque se había ido de vacaciones en medio de una convulsión social. Algo habría aprendido porque esta vez interrumpió unas horas sus vacaciones para ir a visitar hoy a los inundados.

“Macri está de vacaciones pero evidentemente aquí el que está gobernando es Magnetto”, dijo el líder de La Cámpora Andrés Larroque. Alguna vez Macri se quejó de que lo prejuzgaran por ser rico cuando Cristina Kirchner es más rica que él, sin comprender que el prejuzgamiento no es por la riqueza actual sino por haber nacido rico. Gran parte de la subjetividad del ser humano se forja en la infancia, y la estela de sus creencias dura para siempre. Por ejemplo, que nunca deban faltar las vacaciones.

Habitualmente se describe a Macri como empresario y se lo compara con los otros dos presidentes latinoamericanos que se destacaron en el mundo de los negocios: Sebastián Piñera en Chile y Vicente Fox en México. Pero ni Piñera ni Fox nacieron ricos, como Macri. Piñera era hijo de un funcionario público y llegó a ser uno de los hombres más ricos de Chile construyendo su fortuna desde cero. Fox fue uno de los CEO mejor pagos de México haciendo toda su carrera en Coca-Cola, donde comenzó como supervisor de ruta de camiones repartidores. Ninguno de los dos nació rico y se tuvieron que esforzar mucho más a lo largo de sus vidas.

Pero quizás eso termine siendo una ventaja para Macri, porque ingresó a la política siendo un treintañero (asumiendo que presidir Boca era parte de su carrera política), sin haber tenido una larga experiencia empresarial que cristalizara su visión de la vida desde esa perspectiva. Haciéndolo más ecléctico a la hora de adoptar medidas que puedan provenir de paradigmas opuestos entre sí.

“Macri es una fiesta a la que nunca te van a invitar”, dice uno de los varios grafitis de la Ciudad de Buenos Aires que sintetizan una de las tantas formas posibles de envidiar a Macri.

En los focus groups de Jaime Duran Barba aparecía la imagen de Macri asociada a la de un lobo. El Macri zen, el que dice que se equivoca y pide que se lo hagan saber, sería un “Macri oveja”, la antítesis y quizá mejor vacuna de la imagen “Macri lobo”. La idea de lobo disfrazado de cordero recorre las mentes de personas como Hebe de Bonafini, quien llega al despropósito de decir que Macri es peor que un militar golpista porque llegó al poder por los votos, en lo que se supone sería una reminiscencia de Hitler, votado por la mayoría de los alemanes.

Al tener minoría en el Congreso, Macri precisa reafirmar su autoridad, pero al pasarse en la dosis de autoridad emerge el lobo del inconsciente colectivo, y si siempre es oveja (gran pararrayos frente a la envidia) correrá el riesgo de no ser temido por aquellos que sólo entienden esa forma de lenguaje del poder.

Epílogo. La foto que ilustra esta columna es de otro viaje de Macri a Villa la Angostura, pero refleja mejor la Juliana Awada energética que hace todo: sostiene la sombrilla, carga la máquina de fotos y el bolso mientras un Macri perezoso se deja llevar (dicen sus colaboradores que el Macri de hoy está en las antípodas: comienza las reuniones a las 8 de la mañana y sigue con el celular hasta casi la medianoche).

María Alvarez (hija de la periodista Gloria López Lecube y Chacho Alvarez) es artista y hace el blog Lo Escribo por Tu Bien. La semana pasada escribió una inteligente columna titulada “Las cajas de Juliana”, que publicó Perfil.com y tuvo tanta repercusión (vale la pena leerla) que posteriormente hizo una aclaración:  “No escribí sobre Juliana Awada persona, escribí sobre el efecto que su figura de primera dama provoca en algunas mujeres (...) Mucha gente leyó que amo a Juliana Awada, otra leyó que la odio. Ninguno de ellos leyó lo que escribí. Si estas personas quieren leer sobre odios, fanatismos, loas y resentimientos, deberían seguir leyéndose entre ellas”.