COLUMNISTAS
#8M

Existen otras formas de ser varón

Como varones, tenemos que habitar políticamente la incomodidad que genera pertenecer a la categoría cuyo paradigma es el machito violento mientras los agresores aparecen en todos lados.

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Colectivo de varones antipatriarcales CABA. | cedoc

El movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries, negras, originarias y personas en situación de discapacidad continúa movilizándose por la equidad de derechos y el respeto de sus cuerpos, combatiendo la cultura heteropatriarcal, cis-tema que las explota y las mata, que produce y reproduce prácticas desiguales normalizadas en nuestra sociedad: la sobrecarga de trabajo doméstico, el techo de cristal y el acoso callejero son apenas algunos ejemplos.

Como varones, tenemos que habitar políticamente la incomodidad que genera pertenecer a la categoría cuyo paradigma es el machito violento mientras los agresores aparecen en todos lados. Llamamos a encontrarnos, deconstruir esas categorías y volver a habitarlas desde otros lugares y sentidos.

Históricamente, los varones hemos ocupado la esfera pública, secuestrando el sentido político.

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En este contexto, es preciso atender a la voluntad de las compañeras de que no participen ni se convoquen varones a esta movilización donde ellas ocupan masivamente las calles visibilizando sus consignas, y al mismo tiempo, entendiendo que este paro nos interpela profundamente, cuestionarnos ese privilegio y pensar otras formas de participación.

Proponemos a los varones politizar nuestras prácticas y vínculos, nuestra relación con tareas históricamente feminizadas y con formas de violencia naturalizadas.

Encontrarnos para tejer vínculos empáticos y herramientas solidarias entre varones, que rompan con la manada, que nos permitan acercarnos y transformar la realidad atravesando un proceso que nos libere de una masculinidad hegemónica, tóxica y violenta al abrigo de la gesta enorme y potente de las compañeras que se cristaliza en este paro.

Traicionemos la complicidad. La complicidad machista se manifiesta en la clasificación sistemática y no consentida de los cuerpos feminizados. Asumamos que ser leídos como varones, más allá de nuestra orientación sexual es un privilegio. Quedarse callado, indiferente, o autoculpabilizándose sin respuesta son manifestaciones de una incomodidad cómoda: nuevas formas de no cambiar nada.

Cuestionemos y repensemos nuestras formas de relacionarnos, actuar y sentipensarnos.

No solo por “ellas” sino por vos y para todes.

En este camino somos muches y la transformación es colectiva. A la cultura machista, resistencia feminista. ¡Ni machos ni fachos!

*IG: @varonesantipatriarcalescaba.