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fama fugaz

Fantasías

La fama tiene un ciclo normal de 15 meses, si viene sostenida por ocurrencias renovadoras que permitan vender una cara, aunque no tenga fondo. En un mundo donde lo superficial es todo, esto será buena noticia para los que creyeron que sólo nos tocan los 15 minutos prometidos por Andy Warhol hace cuatro décadas. La nueva posibilidad surge de las memorias de Mark Borkowsky, especialista en RR.PP. que ha sido promotor de nombres como Michael Jackson y Luciano Pavarotti, que hizo envolver de regalo a un helicóptero para publicitar la casa Harrods, y que llenó la tienda Selfridges de gente desnuda para ser fotografiada por Spencer Tunick.

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La fama tiene un ciclo normal de 15 meses, si viene sostenida por ocurrencias renovadoras que permitan vender una cara, aunque no tenga fondo. En un mundo donde lo superficial es todo, esto será buena noticia para los que creyeron que sólo nos tocan los 15 minutos prometidos por Andy Warhol hace cuatro décadas. La nueva posibilidad surge de las memorias de Mark Borkowsky, especialista en RR.PP. que ha sido promotor de nombres como Michael Jackson y Luciano Pavarotti, que hizo envolver de regalo a un helicóptero para publicitar la casa Harrods, y que llenó la tienda Selfridges de gente desnuda para ser fotografiada por Spencer Tunick. Todo lo vivido por Borkowski está en su libro, The Fame Formula (La fórmula de la fama), que editó el sello Sidgwick & Jackson.
Borkowski hasta ha elaborado una fórmula para calcular el potencial de estrellato: F(T) = B+P, donde F es fama, y T es tiempo de su duración, que se calculan según B (base) más P (público). Por ejemplo, un Diego Maradona tiene mayor potencial porque su base B supera ampliamente a alguien salido de Gran Hermano o “Bailando…”, que tienen base 0.
Este fabricante de fantasía se lamenta, sin embargo, que vivimos en una era sin ejemplos. “Hasta los años sesenta había héroes genuinos, ya no.” De ahí en más los fabricantes de brillo sin profundidad crean modelos cuyo talento es su cara y se casan con mujeres/hombres, que quieren alcanzar mayor notoriedad que el jabón que lava más blanco. Admirable ambición.
Borkowski reconoce que siempre ha disfrutado de la adrenalina que produce diseñar un proyecto que alimente la codicia insaciable de los medios por la celebridad fugaz, cosa que permita atrapar a un público ansioso de placer barato. Borkowski confiesa que el dinero mayor surge de “las ideas poco éticas, de la comida sin gusto, del tabaco, y de las farmacéuticas”. Es decir, todo lo que implica mentir, mentir, y mentir para que todos crean que la mentira es verdad.
“Estamos creando una generación de imbéciles y creo tener cierta responsabilidad de eso, cosa de la que no me siento orgulloso.” Bueno, pero tanta culpa no hace que cambie de ramo.

*Ombudsman de PERFIL.