El boicot perpetrado la otra noche en perjuicio de Luis Brandoni merece sin lugar a dudas el mayor de los repudios. El hecho ocurrió en la sala Multiteatro en ocasión de la reposición de la obra El acompañamiento, que el actor protagoniza.
Somos muchos los que apoyamos todo lo que pueda hacerse, en el contexto de la pandemia, para recuperar lugares públicos, los espacios del estar con otros. En este caso específico, los cines y los teatros. No se trata de negligencia, sino más bien de lo contrario; de asumir de verdad los cuidados que nos permitan la vida en comunidad. Distancia social y barbijo, no es tan difícil después de todo. En los teatros se reduce el aforo, dejando una fila libre detrás de cada una que se ocupa, con butacas asignadas en diagonal, para asegurar de esta manera la separación requerida.
La otra noche, sin embargo, hubo dos que se metieron en la sala una vez que se habían apagado las luces, escabulléndose así de la tarea de los acomodadores. Y se sentaron ni más ni menos que en una de las filas que, por prevención, debían quedar vacías. Justo detrás de un espectador que quedaba de tal forma a merced de este par de desconsiderados. Se produjo allí un alboroto, pues el espectador incordiado se levantó a protestar en plena obra. Brandoni según parece lo tomó a mal y le ofreció la devolución del dinero de la entrada. Pero no todo es plata en la vida, también está ese otro asunto, el de la salud.
Hay un punto en el que se juntan la irresponsabilidad y la mala fe. El público recelará del regreso a los cines y los teatros si sabe que, una vez allí, se expondrá innecesariamente al comportamiento de quienes, por lo visto, no acostumbran a tomar en cuenta que en el mundo, amén de ellos, hay además algunas otras personas. El daño ha recaído en este caso en la sala Multiteatro, en la obra “El acompañamiento”, en su actor principal, Luis Brandoni. Pero el proceder de la dupla del me-cago-en-los-demás tiene alcances visiblemente más amplios, en un contexto por demás delicado.
Trascendieron en la prensa los nombres de los dos que pusieron la seguridad del resto en peligro. Se trató de una mujer con antecedentes en la materia (modos aun más severos de la inseguridad, como el aval de la violencia fuera de la ley en su variante de gatillo fácil). Al hombre que la acompañaba se lo sabe en cambio viejo descubridor de talentos literarios.
Que yo sepa, no se disculparon.