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Fiscal shopper

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Cuando el fiscal Germán Moldes fue notificado de la confirmación, por la Cámara Federal, de la desestimación de la denuncia del fiscal Alberto Nisman por descartar la existencia de delito, anunció públicamente que la recurriría. Así como anunció también que lo haría de determinada forma, a fin de eludir la intervención de cierto fiscal ante el tribunal de Casación, procurando la actuación de otro, en atención al sistema de asignación por turnos de rotación periódica que allí rige.

Confesó así la búsqueda de una “opinión de conveniencia” para la selección del fiscal, en los términos en los que Pablo Slonimsqui utiliza en su libro Forum shopping, al incorporarla como uno de los mecanismos por los cuales las partes de un proceso pretenden incidir, “mediante alguna argucia”, en la elección de los funcionarios que deban intervenir.

Ello motivó que se pidiera el apartamiento del fiscal, extremo que aunque fue rechazado luego de que presentara su recurso, permitió que la Cámara Federal cuestionara severamente su proceder, al verificar su evidente intención de “escoger al fiscal que actuaría ante la Cámara de Casación Penal”.

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Se advirtió así que “fueron sus propios actos los que exhibieron sus intenciones”, que sus manifestaciones “tiñen de sospecha” la actuación del Ministerio Público Fiscal y “hasta podrían condicionar la futura actuación del fiscal que deba intervenir” en caso de que su recurso sea concedido, y que “son pasibles de generar en la opinión pública una gran desconfianza en la administración de Justicia de nuestro país”.

La Cámara Federal también advirtió que ese modo de asignación por turnos en que está reglamentada la intervención de los fiscales ante la Casación “resulta vulnerable a este tipo de procederes”. Y destacó que por ante la instancia de apelación “existe sólo una Fiscalía General”, precisamente la que se encuentra a cargo del fiscal Moldes, respecto del cual “se desconoce cuáles son las razones que lo llevan a preferir un fiscal sobre otro”. Tal es la gravedad de la situación que ha quedado expresamente expuesta.

Así, aún cuando en la resolución se reconoce que “de conformidad con la organización del Ministerio Público, resulta indiferente qué fiscal intervenga”, la Cámara Federal advierte no sólo que el sistema en Casación es “vulnerable” frente al actuar interesado en “escoger al fiscal”, sino que en el ámbito de la jurisdicción federal porteña, hay un solo Fiscal General que puede aprovechar esa vulnerabilidad según su conveniencia, y que además ese fiscal lo hace, según se ha podido acreditar en este caso tan trascendente.

Parece entonces imperioso que en el ámbito de la Procuración General de la Nación se avance en los mecanismos necesarios para terminar no sólo con el “Forum shopping de fiscales” en Casación, sino también con ese cuestionable monopolio de la representación fiscal en la Cámara Federal de Apelaciones. Y en juzgar el desempeño del  fiscal Moldes en ese marco.

*Abogado. Actual defensor del canciller Héctor Timerman.