COLUMNISTAS
DECISIÓN ESTRATÉGICA

FMI, acuerdo y después…

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Estados Unidos impulsó el mega préstamo del Fondo Monetario Internacional, cuya magnitud histórica se plasma en el gráfico, sabiéndolo impagable y que Mauricio Macri podía perder las elecciones del año 2019 (si ganaba tanto mejor).

Fue una decisión estratégica para mantener su hegemonía ante el evidente y creciente conflicto que mantiene con China y Rusia y la actual emergencia cierta de gobiernos popular - democráticos regionales, “la segunda ola de gobiernos progresistas”, como las denomina Álvaro García Linera.

Es clave entonces para la estrategia regional norteamericana que un país central en el cono sur como el nuestro, vuelva a estar bajo la tutela del FMI, verdadero gendarme socioeconómico cuya presencia en el país siempre desembocó en mayores niveles de pobreza y desigualdad.

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A esta problemática de tutela forzada del FMI se refirió la ex presidenta Cristina Fernández cuando sostuvo:  “Perón no permitió nunca entrar al FMI y Néstor a los dos años de asumir les pagó todo y ‘Chau, buenas noches’, para que la política de Argentina se decidiera en elecciones libres y democrática”.

En este sentido, el gobierno neoliberal que encabezó Mauricio Macri cumplió a la perfección el objetivo estratégico norteamericano de reinstalar al FMI en el país.

Surge ahora, tras mas de una década de ausencia en nuestra Patria, nuevamente la discusión sobre las consecuencias, hasta hoy siempre negativas, de los acuerdos con el FMI.

Más allá de los resultados puntuales del acuerdo que lleva adelante el actual gobierno, seguramente no habrá nada para festejar cuando se conozca el resultado final.

Tal vez sea un “acuerdo razonable, diferente a todos los anteriores”, como lo calificara la Dra. Noemí Brenta, la mayor especialista en la historia de la relación entre La Argentina y el FMI.

Sin embargo, esto no debiera propiciar conclusiones apresuradas, la acción del FMI y la estrategia regional norteamericana no se limita a “acordar”, va mucho más allá de la tutela socioeconómica y compromete incluso al tipo de gobierno que el pueblo argentino quiera darse en el futuro.

El que mejor expresó esta cuestión fue Ilan Goldfajn, que a diferencia de Kristalina Ivanova Gueorguieva (ay!), no conoció a la pobreza en su niñez.

El economista brasileño ultra ortodoxo que el FMI pone a monitorear la economía argentina y asumió como director del Departamento para el hemisferio occidental de la entidad.

Doctor en Economía del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y un máster por la Universidad Pontificia Católica de Río de Janeiro, el brasileño fue elegido en 2017 Banquero Central del año por la revista The Banker, y un año después fue nombrado Mejor Banquero Central por la revista Global Finance.

En el sector privado, Goldfajn fue socio y economista jefe de Itaú Unibanco, así como socio de Ciano Investimento y Gávea Investimento, tres instituciones financieras líderes en el gigante latinoamericano.

Más recientemente, fue presidente del Consejo Asesor del banco Credit Suisse Brasil y trabajó como consultor para varias organizaciones financieras internacionales. Entre 1996 y 1999 fue economista del FMI hasta que finalmente fue reconocida su labor y ascendió como meteoro y acá lo tenemos al hombre.

Con semejante currículo, el señor Goldfajn dijo a Eduardo Levy Yeyati, economista argentino cercano al brasileño que el acuerdo alcanzado no contiene las reformas estructurales que la Argentina necesita pero que el FMI “ve esto como un puente hacia un nuevo gobierno que tiene la capacidad de hacer las reformas para poner sus cuentas en orden y crecer”.

El funcionario “sincericida”, ya nos advierte que la estrategia norteamericana no se agota en la firma de este acuerdo.

El FMI caracteriza al actual como gobierno de transición o “puente” y va por un “nuevo gobierno en el país”, amigable con las reformas estructurales que exige el Fondo que nos “permitirán crecer” y desde luego, bien lejos del actual formato popular - democrático al que juzgan un verdadero obstáculo a sus intereses estratégicos. Por suerte no nombró a su candidato preferido, aunque lo imaginamos.

En fin, estamos advertidos, estimados lectores de PERFIL.

*Director de Consultora Equis.