COLUMNISTAS
ATACAR EL PROBLEMA

Ideas para una campaña diferente

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Aire. Pese a los problemas, los candidatos desfilan en los medios de comunicación. | cedoc perfil

Estamos en los inicios de una campaña electoral destinada a elegir el gobierno que debe enfrentar los serios problemas que nos acompañan desde hace décadas. Pero a pesar de la gravedad de los mismos, la campaña se limita a un desfile de candidatos por los medios de comunicación, hablando mal de sus adversarios y “denunciando” que esos graves problemas derivan de la mala gestión de las otras fuerzas políticas. Destacan la gravedad de la inflación, del desempleo y de la insuficiencia de los ingresos, pero nada dicen sobre las causas estructurales que provocan esos problemas, como tampoco dicen nada de las políticas que piensan aplicar, en concreto, para resolverlos. Frente a esos discursos carentes de propuestas de fondo, los periodistas y analistas se limitan a discurrir sobre los problemas enunciados, a lo que suelen agregar “agudas” observaciones sobre aspectos secundarios de los mismos. Todo transcurre como si solo se tratara de acertar con el candidato que, no se sabe por qué, esta vez nos traería las soluciones que los gobiernos anteriores no han sabido o no han podido llevar a cabo. Así ha sido siempre, y así nos ha ido.
Es hora de pensar en una campaña diferente: una que destaque las raíces de los problemas que padecemos, identificando las causas de fondo que se deben remover para alcanzar otros resultados. Una campaña en la que periodistas y analistas “acorralen” a los candidatos para que definan claramente qué piensan hacer para resolver esos problemas, dejando de esconder sus debilidades bajo el manto de vagas promesas de felicidad sin explicitar la fuente de los recursos necesarios para financiar esa felicidad. Aquí, algunas ideas sobre los cambios necesarios:
I. Cambios estructurales que incrementen los recursos: el único recurso genuino es la recaudación impositiva, ya que la emisión monetaria lleva a una inflación que devora todo salario nominal. Y para que la recaudación se incremente, es necesario que aumenten las inversiones, las que además tienen un efecto sobre el empleo, y a través de este sobre los recursos, en la medida en que ese mayor empleo significa menos gastos en ayuda social. Existe consenso entre los especialistas en cuanto a que la raíz de nuestras insuficiencias económicas y sociales deriva de una baja inversión “que la aleja crecientemente de la media internacional” y que “ha tendido sistemáticamente a descender desde el gobierno de Alfonsín hasta el presente”.
Todo candidato que no explicite cómo incrementará la inversión productiva, para de esta manera aumentar los recursos genuinos necesarios para atender las demandas sociales, debe considerarse un candidato que no informa adecuadamente a la ciudadanía, y por lo tanto no resulta un candidato confiable.
II. Cambios institucionales para una mejor distribución de la riqueza: para que las mayores inversiones se conviertan efectivamente en más recursos para el bienestar de los ciudadanos se necesita un Estado eficiente capaz de: 1) combatir la evasión impositiva, y 2) asegurar paritarias que fijen salarios dignos destrabando las regulaciones que impiden aumentar la productividad. Además, debe recuperar nuestra calidad educativa modificando de una buena vez el Estatuto Docente, de manera que los gastos en educación (que deben ser incrementados) vayan al salario de los maestros que no abusan de licencias, a la capacitación docente, a las mejoras edilicias de las escuelas y a becas estudiantiles. También debe revisar la “generosidad” con que se incrementa el empleo público, que se ha transformado en un gasto superfluo al tiempo que entorpece el funcionamiento del Estado.
Y para que los mayores recursos, fruto de las mayores inversiones, no se pierdan en apropiaciones indebidas, todo candidato debe explicitar qué medidas piensa tomar para impedir saqueos al Estado por parte de funcionarios, empresarios y sindicalistas, quienes con la protección de algunos jueces han perfeccionado una trama delictual. La ética pública y la transparencia de los actos de gobierno deben estar en el centro de la gestión.
*Sociólogo.