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Identidades

06-11-2021-logo-perfil
. | Cedoc Perfil

Ser o no ser… en todo caso, ¿quién lo determina? ¿Nos dan el ser servido o lo amasamos en vida? Con solo decir “yo soy” ¿uno es? ¿Acaso hay que responder al “tú eres” como si uno lo fuese? Ninguna designación me resulta del todo convincente, ni siquiera la que uno se adjudica. Tiemblo al decir yo soy, como si repudiara el autoritarismo de mi propia denominación. Quizá por eso me interesa tanto “Alicia en el país de las maravillas”, la propuesta lúdica y lógica que implica la aventura de “no ser” o “dejar de ser por un rato”. Parecido a lo que sugiere Clarice Lispector en “La pasión según G. H” identificándose con el “non-self”. 

Nuestros tiempos parecen más aptos a la curiosidad, y su respectiva experimentación. Pero lo diverso tiene que vérselas con lo estanco. A la fluidez se le interpone la segmentación. ¿Será una cuestión discursiva? ¿Una vuelta al idealismo subjetivo de Berkeley a través de la autopercepción? 

La cancelación de la escritora colombiana Carolina Sanín produjo una serie de repudios y adhesiones, justamente por el impacto de la “atribución” (eres mujer, no lo eres), binarismo dicotómico más propio de la división que del reconocimiento. Sobre todo si proviene de alguien que manifiesta “la incongruencia entre la identidad y la finitud” promoviendo “la desidentificación”. Vale pues la controversia. 

Me quedo con el desbarajuste gramatical cortazariano. En el comienzo de su genial cuento “Las babas del diablo” se pregunta: “Si se pudiera decir: yo vieron subir la luna, o: nos me duele el fondo de los ojos, y sobre todo así… mis tus sus nuestros vuestros sus rostros.” 

¿Y si vamos por el “yo somos”, una suerte de yo inclusivo?