"Cuando las Madres se atrasaban en las viviendas y no les pagábamos, al rato me llamaba Néstor y me decía: '¿Qué te pasa? Pagales, son las Madres'. Y les teníamos que pagar". Lo dijo un intendente de la zona sur del Gran Buenos Aires, la semana pasada durante una reunión con su secretarios y algunos subsecretarios.
Según aseguró una fuente al diario Libre, los participantes de ese encuentro se retiraron tranquilos con relación a la eventual responsabilidad de ese municipio en las irregularidades que investiga la Justicia. "Los convenios que firmábamos con la Nación decían que la construcción de las viviendas estaba a cargo de la Fundación Madres de Plaza de Mayo", sostuvo.
El informante fue categórico sobre el esquema armado por el gobierno nacional y las Madres. "Todo se basaba en la emergencia habitacional que afecta a los sectores populares con el propósito de eludir el llamado a licitación pública y para que las viviendas fueran construidas por Meldorek, la empresa de Schoklender. En la práctica, no había ninguna posibilidad de controlar costos ni obra. Y cuando no le pagábamos, llamaba él".
Él es, o sería según esa fuente, Néstor Kirchner, el ex presidente.
Más allá de las palabras atribuidas a ese intendente, es difìcil imaginar que Kirchner podía no saber cómo se gastaban nada menos que 765 millones de pesos, de un total de 1.200 millones de pesos ya comprometidos, que el gobierno nacional cedió para la construcción de viviendas populares a cargo, en la práctica, de una sóla empresa: Meldorek.
En ese sentido, hay que recordar dos cosas: que Kirchner le dio prioridad a la alianza con las Madres de Plaza de Mayo y, en particular, con Hebe de Bonafini, y, además, el celo con el cual controlaba todos y cada uno de los negocios que involucraba dinero público.
(*) Periodista y escritor, su último libro es "Operación Primicia". Publicado en el diario LIBRE.