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Escándalo previsional

La CGT cuenta las horas

Los jerarcas sindicales y una decisión difícil de comprender.

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La CGT buscó salir en la foto de un día complicado. A qué costo aún no se sabe. | 1218_opideangelis

Entre todo el tremendo conflicto que se abrió con el cambio de la ley previsional, la CGT llamó a un inédito paro general que va desde las 12 del mediodía del lunes hasta las 12 del mediodía del día siguiente. Al mismo tiempo que Hugo Moyano festejaba la copa Sudamericana y su reelección en Independiente, la cúpula de la central obrera buscaba no quedar fuera de la postal de la historia, tomando una decisión que como mucho se notará en la mañana del martes -si logra paralizar el transporte- transformando el día laboral en uno de medio día.

La explicación de la decisión de la CGT no es tan fácil de comprender, sobre todo cuando está abocada a negociar con el gobierno en la que realmente es la pelea de fondo: la reforma laboral. La cuestión fundamental es que, con una de las conducciones menos representativas de su historia, la Central obrera, comienza a imaginarse cómo será la calle cuando se vote la reforma laboral, la que afectará a gran parte de la población económicamente activa. Expertos en supervivencia, pueden percibir que, sin algún tipo de iniciativa política, el día posterior de la votación de la reforma laboral la central nacida con Juan Perón sencillamente implosionará.

La CGT percibe el error político del gobierno en el manejo de la situación y pretende que no se repita cuando le llegue su turno en la era del reformismo permanente. El oficialismo decide arrancar ese proceso con el cambio de la ley jubilatoria por considerar que era la sanción menos complicada. Era un cálculo aritmético sencillo: se acuerda con los gobernadores la progresiva eliminación de los ingresos brutos, y se los compensaría con trasferencias desde el Tesoro. ¿Pero de dónde saldrían los recursos? De los fondos de la Seguridad Social, buscando que a través de los cambios en la fórmula de cálculo los jubilados ralenticen sus ingresos, en el tiempo. Sin embargo, los gobernadores no pudieron o no quisieron lograr que sus diputados aseguren su presencia el jueves 14 de diciembre. ¿Quién asegurará la reforma laboral?

Para el segundo capítulo de la votación de la ley en Diputados, se podía predecir otro día de furia, sobre todo cuando gran parte de los manifestantes ya sabían con qué se iban a encontrar.  Mientras algunos sueñan con otro 19 y 20 de diciembre, y Elisa Carrió grita "¡golpe de Estado!", como lo hizo en el propio hemiciclo, desde el viejo edificio de la calle Azopardo, la CGT cuenta las horas.