En medio de los casos de aportantes falsos en las campañas de Cambiemos y de los cuadernos del ex chofer de Baratta, un Tribunal Oral no sólo decidió condenar por primera vez en la historia a un vicepresidente argentino: también ordenó que Amado Boudou ingrese de inmediato a prisión.
Aunque aún no se conozcan los fundamentos del fallo, se daba por descontado que sería condenatorio, pero nadie se animaba a asegurar que el destino del ex vice de Cristina fuera la cárcel, de manera rápida. La lógica de “el que las hace las paga” no es —lamentablemente— una tradición local. La justicia es una de las principales responsables de no aplicar la ley. Por supuesto, bienvenida la hora de dejar atrás la impunidad.
Pero convendría también que, para darle vitaminas a nuestra alicaída república, jueces y fiscales no actúen según los tiempos políticos, los gustos personales o la cuenta bancaria de quienes deben rendir cuentas, sea quien sea: político, empresario o funcionario judicial.
Obviamente que es histórica la sentencia contra Boudou. Sería recomendable que el mensaje de que se acaba la impunidad se extienda a todos y a todas los que violen la ley, más allá de los colores.