En los últimos meses, el Gobierno centró esfuerzos en profundizar la relación con Rusia como uno de sus principales aliados para el sector energético y una de las esperanzas también como financista alternativo.
Pero la pulseada del premier Vladimir Putin con los Estados Unidos y la caída de los precios del petróleo agravaron la crisis y destinaron las reservas internacionales rusas a tratar de contener una mayor depreciación del rublo y a la compra de sus ahora encarecidas importaciones. Así, la Argentina deberá esperar con interrogantes sobre el futuro de las compras rusas de alimentos y el financiamiento al estilo chino con el que sueña el Banco Central.
Para el presidente de la autoridad monetaria, Alejandro Vanoli, la devaluación del rublo y otras monedas como el real brasileño “no modifica la política monetaria”. La negociación del swap, una compensación de monedas con la que Argentina “alquila reservas” que se aplican a pagar importaciones o pueden ser activadas en caso de emergencia, tenía otro grado de complejidad. “Es un swap con Rusia, con condiciones rusas”, indicaron desde Economía para diferenciarlo del acuerdo con China.
“Moscú tiene reservas que superan los US$ 500 mil millones. En un día gastaron más de US$ 7 mil millones para contener la devaluación. Un acuerdo con la Argentina implica una cifra similar, que no es tan grande para Rusia, pero hasta que no se defina la relación con los Estados Unidos el panorama se complica”, señaló Daniel Solda, del Consejo Empresario Argentino Ruso (CEAR) y secretario de la Asociación de Importadores y Exportadores (Aiera).
Manden fruta. Los exportadores de fruta del Alto Valle de Río Negro preparan la cosecha con un ojo puesto en Rusia. “Hoy al comercio hay que seguirlo día a día. No es fácil venderle a Rusia. Tiene mucha economía informal y ni siquiera usan cartas de crédito”, narró Solda. La Argentina se ilusionó con la decisión rusa de mediados de este año de no comprarle más alimentos a la Unión Europea, pero reemplazar esa producción “no se consigue de un día para el otro”, agregó el especialista.
“Le vamos a poner muchas fichas a Rusia”, aseguraron desde la Cancillería sobre el mandato que bajó desde Cristina Fernández. Una a favor: el efecto vodka que llevó al trigo a máximos de US$ 250 la tonelada, porque Rusia apunta a abastecer más el mercado interno y combatir la suba de precios vinculada a la devaluación. La Argentina podría, si se abren más cupos para el trigo, ganar mercados.