COLUMNISTAS

La expansión eterna llega a su fin

Desde el Gobierno los llaman los agoreros de siempre. Otros prefieren calificarlos como adelantados, porque leen en el presente los anticipos del futuro, antes que el resto.

|

Desde el Gobierno los llaman los agoreros de siempre. Otros prefieren calificarlos como adelantados, porque leen en el presente los anticipos del futuro, antes que el resto. Lo cierto es que luego de más de 60 meses de expansión continua de la economía argentina (un período sin igual desde la crisis del ’30) el futuro no es lo que parecía, y las nubes aparecen, cada vez con mayor claridad. En su despedida del FMI, el ahora ex director gerente Rodrigo Rato advirtió sobre la generalización de la crisis con “consecuencias de largo alcance” para la economía global.
Es entendible que un candidato presidencial como el ex ministro Roberto Lavagna hable de una hipotética recesión, haciendo entender que el desmanejo de la economía desde su rauda partida del Palacio de Hacienda hipotecó su plan de resurrección.
Menos evidente resultó ser que varias voces de peso internacional hayan advertido, esta misma semana, acerca de lo que viene en el panorama local. Un amigo de la casa, el socialista español Carlos Solchaga, no dejó lugar para la duda: una lucha seria contra la inflación no es compatible con alzas salariales del 20%. Para el ex ministro español (ver más información en pág. 29) y actual asesor de empresas hispanas, la actualización de tarifas, la normalización de relaciones financieras internacionales son pilares de una política responsable.
También fue el turno del vicepresidente de la Agencia de Desarrollo de Exportaciones de Canadá, Stephen Poloz, que no ahorró eufemismos: a la Argentina le espera un regreso abrupto a la realidad.

Problemas en foco. En el ámbito empresarial, la última encuesta entre 221 socios de IDEA, arrojó luz acerca de lo que se considera la principal preocupación de los empresarios argentinos: el 90% señaló a la contención de la inflación como el problema prioritario a enfrentar. El nuevo presidente de General Motors, el brasileño Edgar Lourencon, estrenó tarjeta con un mensaje rotundo: la inflación y la escasez de energía son los temas excluyentes. Y el presidente de Dow Argentina, Rolando Meninato, confesó que su empresa había producido la mitad por culpa de la crisis energética.
También hay datos. El superávit comercial de agosto cayó 57% con respecto al mismo mes de 2006, principalmente por la suba del 40% de las importaciones, contra un alza de sólo el 18% en las exportaciones.
La decisión de “arreglar” con el Club de París con capital del FMI y no con reservas también genera suspicacias. ¿Es que no hay tantas reservas de libre disponibilidad para ello o se obliga al país a volver a ser monitoreado preventivamente?
Los precios en los supermercados crecieron el 14%, según el relevamiento del INDEC sobre el cuestionado IPC, entendiendo que un sinceramiento del índice también elevaría ese porcentaje, acercándolo a la “sensación” de inflación con que taladra Hugo Moyano cuando justifica los pedidos de aumento. Quizás por eso, en el último año 3,6 millones de personas recibieron aumentos salariales y en ocho meses se firmaron 607 convenios colectivos de trabajo.
Según el último informe de SEL Consultores, hay una gran disparidad de aumentos entre julio de 2006 y 2007. Mientras en la construcción los sueldos treparon 31% y en la educación privada, 25%, en la intermediación financiera sólo fue del 15%; contra un promedio general del 22,3 por ciento. Quizás para evitar mayores disgustos, la Secretaría de Comercio Exterior prorrogó 60 días la comunicación que los colegios de gestión privada tienen que hacer sobre el valor de las cuotas.

Perspectiva. La mesa está servida para uno de los habituales “bandazos” de la economía argentina. El especialista argentino Carlos Rodríguez Braun, residente en España hace dos décadas, advierte que los ciclos habituales de la economía en el mundo se acentúan en estas tierras y sólo serán superados por un consenso básico de lo que se debe y no hacer en materia de política económica y en alentar la inversión de calidad como motor de un crecimiento económico sostenible en el largo plazo.
Catedrático de Historia del Pensamiento Económico de la Universidad Complutense y habitual columnista de los diarios Expansión y ABC, Rodríguez Braun elaboró un informe que se presentará esta semana: “Las inversiones en la Argentina: presente incierto, ¿futuro promisorio?”, junto con Aldo Abram, Javier González Fraga, Felipe de la Balze y Martín Krause.

Equipos. Mientras tanto, y tomando nota de este particular estado de ansiedad por el futuro inmediato en la comunidad empresarial, la candidata oficialista va delineando estrategias y armando su eventual equipo económico. Algunos símbolos de lo “incorrecto” como Guillermo Moreno se irán por la puerta lateral y cargarán la mochila de desprolijidades y fracasos. La crítica de que no aprovechó la estadía en Nueva York para una presentación formal de planes y nombres tiene una explicación: no puede hacerlo con la solvencia necesaria porque no quiere contradecir la ilusión oficial del progreso sin fin, que la realidad se encargará de demoler. Y, más de lo mismo, demolería el capital de credibilidad que le resta para empezar un nuevo gobierno con la fuerza para navegar por aguas más turbulentas.