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NUEVO ORDEN MUNDIAL

¿La hora de Asia?

Mientras Asia emerge de la crisis económica global más rápidamente que el resto del mundo, es cada vez más claro que el centro de gravedad mundial está pasando del Atlántico al Pacífico.

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Mientras Asia emerge de la crisis económica global más rápidamente que el resto del mundo, es cada vez más claro que el centro de gravedad mundial está pasando del Atlántico al Pacífico. Igual de evidente es el hecho de que los Estados asiáticos no están preparados aún para asumir un liderazgo más significativo en los asuntos globales, algo que es necesario para asegurar que este cambio tectónico pueda dar más estabilidad y seguridad al mundo. Hoy tienen la enorme oportunidad de ponerse a la altura del desafío.

Los signos del ascenso de Asia son incontrovertibles. A lo largo de los últimos cinco años, la contribución de China al crecimiento del PBI mundial ha aumentado de manera continua, pasando de un quinto a un tercio, y en el caso de India la cifra es de aproximadamente 6% a 16%. Considerando su creciente significación en la economía, la política y el medio ambiente mundiales, hoy es imposible imaginar un acuerdo internacional de importancia sin que China, Japón e India lo suscriban.

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En particular, China ha surgido como contraparte clave a los Estados Unidos en casi todos los foros mundiales de importancia, así como en las plataformas internacionales para tratar asuntos transnacionales fundamentales, como las Conversaciones a Seis Bandas con Corea del Norte, el G-20, y las conversaciones acerca del cambio climático. Algunos incluso llaman a crear un G-2 entre Estados Unidos y China.

Los críticos del historial de Estados Unidos como potencia hegemónica global argumentan apasionadamente contra un mundo unipolar. Las intervenciones estadounidenses en Vietnam e Irak, su oposición al Protocolo de Kyoto y su insaciable consumo de recursos naturales, su papel en la creación de la actual crisis financiera, los abusos en Abu Ghraib y muchos otros asuntos son prueba de las imperfecciones de su accionar.

Sin embargo, el legado de Estados Unidos de liderazgo global a lo largo de las seis últimas décadas, con todas sus falencias, no tiene precedentes en su relativa benevolencia e impacto positivo. Estados Unidos impulsó la creación de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y las leyes internacionales de derechos humanos y asuntos humanitarios. Resucitó a sus enemigos de la Segunda Guerra Mundial e impulsó el desarrollo económico en países de todo el mundo, además de establecer un marco general de seguridad que ayudó a Europa y Asia en centrarse más en la diplomacia y el crecimiento económico que en la competencia militar. Abrió sus mercados y cimentó las bases de la globalización y la revolución de la información, mantuvo las rutas marítimas abiertas para el comercio internacional y catalizó la Revolución Verde... La lista suma y sigue.

Sin embargo, Estados Unidos, debilitado por la crisis financiera, profundamente endeudado con otros países, empantanado en Irak y enfrentado a importantes retos en Afganistán y Pakistán, ya no puede estar en la misma posición indisputada para liderar la comunidad internacional, incluso bajo el inspirador liderazgo de Barack Obama.

A pesar de la creciente perspectiva de un mundo multipolar con potencias asiáticas que jueguen un mayor papel ante los retos globales y compartan el liderazgo con un cauteloso Estados Unidos, ese mundo aún no existe. Puede que Estados Unidos esté reconociendo sus límites, pero todavía no ha surgido un nuevo sistema para tomar el relevo. Si los Estados asiáticos han de jugar este papel, deben hacer mucho más para enfrentar sus propios retos regionales y promover un conjunto de normas positivas y universales.

Hasta que esos cambios ocurran, muchos retos quedarán sin respuesta debido a la fisura que se abre entre una pax americana fatigada y un mundo cuyos polos de poder se reordenan. Debido a la incapacidad del mundo para abordarlos con eficacia, problemas como los de Birmania, Corea del Norte, Darfur y Zimbabue, el cambio climático y la proliferación nuclear parecen estar cayendo en ese vacío.


*Vicepresidente ejecutivo de la Asia Society y ex miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante la administración Clinton.

Copyright: Project Syndicate, 2009.