Cuando a partir de este lunes entres a la página oficial de Wimbledon para enterarte a qué hora se juegan los próximos partidos o abras la aplicación para seguir un encuentro pelota a pelota, deberás saber algo: toda la información que recibas será generada con inteligencia artificial. Las estadísticas, los resúmenes, los videos y hasta los relatos que lleguen desde Londres serán obra y gracia de herramientas digitales creadas por IBM. Es más: la IA se animará a hacer predicciones. Los seguidores, entonces, tendrán la posibilidad de seguir a un jugador, compararlo con los rivales y saber qué probabilidades tiene de ganar. El futuro llegó al deporte y se parece a un capítulo de Black Mirror.
Estas herramientas digitales ya fueron usadas hace poco más de dos meses en el Masters de Augusta, uno de los torneos de golf más prestigiosos del circuito. Para aventurarse con los pronósticos, por ejemplo, la inteligencia artificial analizó 120 mil golpes de todos los jugadores durante los últimos seis años. El margen de error se reduce a la nada.
En busca de los futuros cracks. Desde que se viralizó la famosa imagen del papa Francisco con un camperón inflado, la inteligencia artificial pasó a ser prácticamente un tema cotidiano y el Chat GPT pasó a ser tendencia. La IA no conoce límites: la muy irrespetuosa hasta se animó a grabar un álbum de Oasis con ocho canciones que los hermanos Gallagher jamás compusieron. En este contexto, que puede superar la fantasía del guionista más imaginativo, el deporte no se podía quedar afuera. Como la pelota, el negocio sigue rodando y suma semejantes avances tecnológicos.
En el Mundial de Qatar, la compañía argentina Globant presentó un sistema bautizado The Perfect Shot, que registra la ejecución de un tiro libre y define qué tan cerca o lejos está de ser “perfecto”. El algoritmo se alimentó con más de cien horas de videos con los mejores pateadores de tiros libres del mundo.
Un ámbito donde la IA ya está funcionando es en la captación de jóvenes promesas del fútbol. Además del experto con ojo clínico que puede detectar un futuro crack en un potrero del Conurbano, la tecnología ofrece complejas herramientas para elegir al mejor candidato.
En diciembre de este año, la MLS, sí, la liga donde jugará Leo Messi, lanzará una aplicación para que todos los equipos puedan hacer un sondeo entre miles de potenciales talentos y les den la posibilidad de hacer una prueba. La app, que se llama aiScout, analiza las condiciones de los futuros futbolistas y su nivel de eficacia, y los vincula con aquellos que busquen un jugador con determinadas características.
Monchi, exarquero y director deportivo del Sevilla desde hace más de veinte años, es uno de los pioneros en la utilización de la IA en el club español. En principio, aplicó herramientas para fichar jugadores. Cada año arrancaba con una lista de 3.500 futbolistas y con la ayuda de la tecnología la depuraba de acuerdo a las pretensiones de los entrenadores. Al experimento no le fue nada mal: el Sevilla ganó seis títulos europeos en los últimos 14 años.
Todo bajo control. Otra de las instancias en la que está creciendo la aplicación de inteligencia artificial es en los entrenamientos. Gracias a las herramientas digitales se logra medir el rendimiento de los deportistas, desarrollar estrategias y prevenir lesiones.
En el tenis, por ejemplo, a través de una combinación de cámaras y sensores se puede medir la velocidad, el giro y la ubicación de la pelota en un saque. Esto impacta de forma directa en las estrategias que pueden tomar los entrenadores, el cuerpo técnico y el jugador. Son tantos los datos que se pueden procesar en tiempo real que el resultado siempre será más “objetivo” que aquel que resulte del ojo humano.
Camila Manera, cofundadora y directora de datos de la app Libro de Pases, una red social que conecta jugadores, agentes y clubes de fútbol, enumera las ventajas de la aplicación de la IA en el deporte: “Permite ahorrar tiempo y dinero, facilita la toma de decisiones, permite sumar conocimiento y oportunidades para optimizar el rendimiento, y crear mejores oportunidades para los jóvenes”.
Si bien la irrupción de la inteligencia artificial en el deporte no es un fenómeno nuevo, sí es incipiente. El potencial de estas herramientas es inabarcable. Un deportista hasta podría acceder a una predicción estadística sobre lo que haría su rival, información que le ofrecería una gran ventaja.
La cobertura virtual de Wimbledon y las aplicaciones que ya se utilizan en otros deportes son solo el principio. Así como hasta no hace mucho los hinchas se deslumbraban cada vez que aparecía un pibe con talento, no falta mucho para que las sorpresas las provoquen las nuevas app.