A raíz del anuncio de una nueva fórmula sobre la movilidad jubilatoria se desató una polémica (una más) respecto a sus beneficios y perjuicios.
En este sentido, el economista Víctor Beker advierte que se plantean dos cuestiones contrapuestas: el interés de los jubilados de preservar el poder adquisitivo de sus ingresos y el del fisco, interesado en bajar el peso de la seguridad social dentro del presupuesto nacional.
Una primera cuestión que convendría tener en claro es cómo evolucionaron las jubilaciones en el tiempo, en particular la jubilación mínima que percibe casi el 60% de la población beneficiaria.
Como se recordará, la jubilación mínima permaneció congelada en $ 150 a lo largo de todo el periodo de la convertibilidad, provocando un gran atraso en su poder adquisitivo que comenzó a repararse a partir del año 2003 durante la gestión de Néstor Carlos Kirchner que otorgó aumentos sucesivos hasta llevarla a $595 al finalizar su gestión en el año 2007.
Es lógico entonces que a partir del año 2003 se inició un proceso robusto de recuperación de la jubilación mínima. Puede advertirse una fuerte recuperación en el periodo comprendido entre los años 2003/2007 y un nuevo avance a partir del año 2009 para alcanzar un pico en el año 2013, a partir del cual hay una tendencia a la baja que recién se revierte en el año 2020.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, con la fórmula de cálculo implantada por el gobierno neoliberal, deflactado por inflación el poder adquisitivo real de las jubilaciones y pensiones mínimas cayó cerca de 20.pp. en cuatro años.
Con relación a qué puede ocurrir en el futuro inmediato, cabe señalar lo siguiente: la nueva fórmula de ajuste propuesta por el Poder Ejecutivo toma en cuenta la variación de las remuneraciones formales e informales y la de la recaudación tributaria, por partes iguales.
Al tomar como punto de partida un año profundamente recesivo como el del año 2020, es muy probable que la recaudación tenga una fuerte recuperación aún por encima de la inflación y algo similar, aunque en menor medida, podría ocurrir con la variable ligada a los salarios tanto formales como informales, informados por el Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables - Ripte o el Indec que incluye el salario informal en su cálculo, el que resultare mejor para los jubilados.
Por esta razón, el proyecto del Poder ejecutivo incluye un tope al aumento de las jubilaciones el cual no podrá exceder el incremento en la recaudación de la Anses en más de 3%. Se restablece así una norma de previsión de gasto que ya estuvo vigente parte de los dos años de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner y el inicio del gobierno macrista, en el lapso comprendido entre los años 2009 y 2017.
Con respecto a lo acontecido en el año 2020, el haber jubilatorio aumento en 35,3% durante el año 2020. Eso significa un aumento en línea con la inflación y por arriba de la mayoría de los acuerdos salariales en el resto de la economía.
A eso hay que sumarle los 2 bonos de $5 mil pesos otorgados en diciembre y enero, y un tercer bono de $3mil en abril, con lo cual en los hechos la sumatoria de bonos representó para jubilaciones mínimas un monto equivalente a un aguinaldo extra durante el año 2020.
La suma de estos mecanismos de transferencias de ingresos extras, más la actualización del 35,3% anual contra una inflación del 36,1% anual, están en la base de la recuperación discreta de la jubilación mínima acontecida en el año 2020.
Queda aún pendiente la mejora del haber por sobre la inflación y la recuperación de los 20pp. de caída en el poder adquisitivo real del haber mínimo propiciados por el macrismo.
*Director de Consultora Equis.