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Semana 28

La resurrección del fantasma cerró un ciclo: K ya fue

“El gobierno se lava como Pilatos y pide que usemos alcohol”.

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Y sucedió que a los pocos días resucitó en el parque Lezama y les dijo a sus discípulos: “Lo importante es mantenerse alegre, sin ningún dejo de tristeza como me siento yo” (sic). La súbita aparición del fantasma arengando como pastor brasileño a sus socráticos deudos, cerró un ciclo. K. ya fue.

Esta Semana 28 impone darle algo de prensa al prójimo más próximo que tengo. Sucede que ombligo “no positivo” y “próstata” peleona se propasaron conmigo y debí internarme donde cabe. El tiempo juega a los dados y justo me tocó una habitación vecina a la que acudí hace medio siglo para Clarín a cumplir mi primera entrevista (Monseñor de Andrea, que venía de Roma y se reponía del vuelo).

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Esta vez el paciente era yo y dado lo barato que dejó el mercado Moreno me acogí a la ganga de moda. El dos por uno. Pagando una sola anestesia general recibí dos servicios. El urólogo Rolando Temprano (sic) pispeó y me domesticó la próstata y trascartón el cirujano Raúl Brea seccionó lo que fue ombligo un día y el tiempo convirtió en porfiado montículo de ego (la referencia al Lezama es mera coincidencia).

Ambos equipos, con apoyo del clínico Hernán Lago frenaron esos desbordes y volví al mundo repuesto de mí. Perdón por los detalles pero la transcripción del parte médico a crónica sintética diría esto: 1/ la próstata (que gracias a Dios está lozana) prepoteaba a la vejiga provocando fugase sangre por el pito. 2/ el ombligo (con hernia in progress) iba camino de convertirse en un rosado y equívoco pezón.

El afiatado trío recuperó mi anatomía y me retiré caminando feliz, pero tan lento como Frankestein. En el ascensor me enteré que dos pisos de la clínica estaban dedicados a la gripe.

¿Cuál puede ser? La de estos días. La peste K. Desde otros gobiernos traemos de arrastre 2.000.000 chagásicos (sic). Pero esta es la peste K. Como la del dengue es la peste C ya que al virus lo propagaron l os Fabulosos Capitanich. Con 10.000 casos el señor Gobernador dejó pasar dos meses hasta firmar decreto, fumigar su casa, silenciar la prensa y salir de apuro a pedir prestados (sic) respiradores a provincias vecinas pues no los había en todo Chaco (sic). O sea, que a todos los efectos, es Dengue C.

¿Planteó el gurú a los 200 intelectuales que acudieron a Lezama tratar el origen de estas plagas? ¿Se lo plantearon ellos al gurú? Es en este ritmo de conciencia que ya batimos el parche para celebrar en 2010 el Bicentenario de uno de los países más enfermos del planeta.

El taxista que me trajo resultó un afinado analista político. Dijo: “El gobierno se lava como Pilatos y pide que usemos alcohol”. Y de bronca aceleró tan mal que temí me saltara el parche de la herida. Pero sigo en ella. Aquí no pasa nada. O sea, aquí Nos pasa Nada. Volví enredado en vejiga, en próstata y en Borges. "Tal vez llegue un tiempo en que merezcamos no tener gobierno" dijo un día. Hoy suena a chiste. Ese tiempo llegó. Hoy no lo hay.

La clave se desnuda en ese verbo fabuloso que Borges advirtió y aún no “merecemos”. No falta de gobierno por carencia sino por innecesario ¿Era anarquista Borges? No, poeta. Soñaba lo más simple: que cada uno gane su metro cuadrado de destino sin pisar el de al lado. No es fácil. “La lavandería central del mundo es muy experta lavando cerebros” dice Salman Rushsdie. La lavandería local también.

* Especial para Perfil.com.